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Aplazar el pago de compras pequeñas, una práctica cada vez más habitual

No parece un hecho comercial ni financiero demasiado novedoso, pues quien más quien menos ha pagado alguna adquisición a plazos. Lo que ocurre es que este concepto de pago aplazado se ha relacionado históricamente con compras que suponían grandes desembolsos, tales como un coche, la matrícula de un master o una ortodoncia, por ejemplo. En cambio, las nuevas tecnologías han posibilitado innovaciones en los mercados financieros de las fintech, y ahora, y cada vez con más frecuencia, es posible aplazar el pago de compras más corrientes y de menor importe, como puede ser ropa, muebles o cosmética. O lo que es lo mismo, ir de compras sin dinero y llevarte las cosas sin pagar…, de momento.

En la actualidad es más frecuente hallar esta posibilidad de pago en tiendas online, pero poco a poco se va implantando este nuevo método de pago en las tiendas físicas.

Pagos aplazados

Por lo general, cuando se ofrece esta modalidad de pago, suele ir acompañado con una promoción de “tantos meses sin intereses”, y es que lo habitual es que el cliente no pague intereses, sino que éstos sean asumidos por el comercio. Es ésta una de las características más comunes de este tipo de ofertas, pero eso no implica que no debas informarte correctamente de todas las características de la operación y de las obligaciones que asumes.

Otra ventaja suele ser que te permiten retrasar el primer pago. Es decir, se firma una moratoria antes de empezar a pagar. Y también suelen ser negociables el número de cuotas a establecer. Unas operaciones que suelen apoyarse en apps que permiten al cliente gestionar sus pagos pendientes.

Con frecuencia, para poder aplazar las compras, debes pertenecer al club de fidelización del comercio, lo que implica que el establecimiento va a disponer de tus datos y tendrá la posibilidad de enviarte promociones personalizadas.

Todas estas ventajas también conllevan un riesgo, dado que permiten comprar sin gravar nuestras cuentas corrientes, lo cual puede ser una tentación que estimule el consumo compulsivo. Por ello, pese a lo ventajoso de esta nueva vía, hay que utilizarla con cautela y sensatez.

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