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Ahorrar como los abuelos, un truco de siempre que funciona ahora

El ahorro no es algo nuevo. Hay mil maneras de ahorrar, y otras tantas de fracasar si no se hace con determinación y convicción. Pero veamos un sistema que de tan sencillo, en tiempos digitales y tecnológicos, parece poco serio, una obviedad, y que en cambio funciona desde mucho antes de que la ingeniería financiera marcase el ritmo de la innovación económica, pues era el truco que utilizaban nuestras abuelas y abuelos para ahorrar, y sigue en vigor.

El truco de la abuela nos lo explica la experta en finanzas personales Alexandra Rodríguez, del canal  de YouTube especializado en educación financiera @RaititFinanzas. Y la primera pauta de sus enseñanzas es básica: «La parte más difícil de las finanzas personales es la parte personal, no la financiera. No hay que dejar de lado la parte emocional”. Y es que con el dinero satisfacemos muchas necesidades básicas, pero también caprichos o prioridades personales que no hacen sentir bien. Por ello hay que organizarse, pero buscando el equilibrio en nuestros gastos y obligaciones.

La clave de este sistema tradicional, anterior a la existencia de las tarjetas de crédito, y de un tiempo en que se cobraba en efectivo o con un cheque, es separar el dinero en sobres a principios de mes. Si hoy el dinero está en el banco, pueden ser sobres digitales, pero que funcionen como tales.

Los sobres

El ahorrador se sienta a principio de mes para ver en qué se va a gastar el dinero antes de gastarlo. Y hace un sobre para cada concepto. Una cantidad para supermercado, una para gasolina, otra para ocio, etc. Y de ahí no puede pasar, por lo que debe saber administrarse.

Y sí, puede que un mes se nos descuadre el presupuesto de un sobre, por algún imprevisto, pero para eso está el sobre de “otros gastos”, que no debe albergar grandes cantidades. Las justas para los apuro. Y desde luego hay que respetar las reglas. Que sea uno mismo quien las pone, no significa que pueda saltárselas. Nada sería más absurdo.

Esta compartimentación es muy eficaz como herramienta contable y de control de gastos. Una vez, por supuesto, separado el dinero de los gastos fijos mensuales (hipotecas, préstamos, alquileres o demás). Nada se pierde por probar.

Y si no convence, siempre se puede regresar al mundo moderno del Kakebo japonés o el Reto de los 365 días, del que ya hablaremos otro día.

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