Precauciones en las compras in App
Sin entrar en disquisiciones sobre si nos están “cobrando” por obtener nuestros datos (geolocalización, preferencias de búsqueda y compras, contactos, acceso a fotografías, números, información varia…), en el sentido estricto parece que sí, efectivamente son gratuitas al menos en tanto en cuanto podemos descargarlas a nuestro terminal móvil sin pagar nada por ellas en un primer momento. Sin embargo, la mayor parte permiten realizar compras in App (desde la propia aplicación), que en este caso distan mucho de ser gratuitas.
Estas compras in App pueden implicar desde unos pocos céntimos por conseguir unas “vidas extra” con las que jugar un rato más a la aplicación sin tener que esperar a que nos dé permiso por el paso del tiempo (a veces parece que esperar 2 horas, 10 minutos o un día entero para que se recarguen los corazones de nuestro personaje en el juego y poder seguir juntando caramelos se hacen eternas) hasta dinero virtual, “pokebolas”, filtros nuevos para nuestras fotografías o características bloqueadas de edición, guardado, almacenamiento… que pueden llegar a suponer desembolsos superiores a los 100 euros.
Debido a que la tónica habitual es que las transacciones sean de escaso valor monetario se las ha venido a llamar micropagos o, de forma más global, compras in App (traducción a matacaballo de “in-APP purchases”), que particularmente me parece más apropiada, ya que son auténticas compras que pueden suponer al final mucho dinero (y que poco tiene que ver con nada “micro”, salvo por los microchips de por medio).
Defender tus derechos en las compras in App
Y llamarlas compras es el primer paso para ser conscientes de que a las mismas se les aplica también lo establecido en defensa de consumidores y usuarios, especialmente si tenemos en cuenta que adquirimos bienes de carácter digital (las pokebolas, por más que ahora inunden nuestras calles, no dejan de ser software) sujetos a los plazos de desistimiento y demás condicionantes del resto de bienes de consumo similares.
El primer aspecto a considerar como consumidores es saber exactamente qué estamos comprando, y para ello es necesario leer bien las condiciones legales de las compras in App en cuestión, independientemente del valor de la misma. En este sentido, debemos que tener en cuenta que las compras se cargarán a la tarjeta que hayamos dado de alta en nuestra cuenta de Android Market o Apple Store, o en su caso en la ofrecida por la aplicación. Por ello, es muy importante que conozcamos si lo comprado tiene limitaciones de uso (desaparece al de cabo un tiempo, por ejemplo) o para qué podemos utilizarlo, etc.
Una vez seguros de querer realizar la compra, hay que revisar con detenimiento lo que aceptamos al darle a “ok”. Es frecuente que algunos proveedores de servicios (los que venden en este caso) hayan introducido cláusulas y avisos mediante los que renunciamos a derechos como el de desistimiento de las compras in App en los siguientes 14 días. Si bien podríamos pelear en juicio respecto a su aplicación o no (incluso firmados, al tratarse de la renuncia a un derecho) pueden desembocar en que perdamos esa opción. Aceptarla o no depende de cada uno, de su valoración del riesgo, y, por supuesto, de la importancia de compra: en términos económicos, unos pocos céntimos no serán lo mismo que cientos de euros. Además, es posible que aceptemos ciertas “trampas” de forma consciente en un caso, pero que no convenga hacerlo en otro.
Consumo responsable, también desde la aplicación
Tanto respecto al IVA digital como a nuestros derechos de devolución hemos tratado largo y tendido en este mismo foro anteriormente, y lo dicho es plenamente aplicable a las compras desde una App. Sin embargo, en algunas ocasiones, será un poco más complicado acceder al medio para desistir de la compra. Por ejemplo, en el caso de Apple, hemos de acudir a una web distinta a la que se realizan las compras in App para proceder a la devolución. Pero nuestros derechos serán los mismos.
Y, aunque también en esto nos repetimos, las recomendaciones para evitar que los más pequeños de la casa “nos la líen” comprando sin límite desde un inocente juego gratuito del móvil: anular la posibilidad de compras es un buen primer paso.
Las compras in App pueden ser un buen sistema para disfrutar de todas las opciones de aplicaciones que son habitualmente gratuitas, pero, aunque habitualmente de poco precio, no dejan de ser compras y hemos de comportarnos ante ellas como consumidores responsables, tanto en ejercer nuestros derechos como en cumplir nuestras obligaciones, que ya se sabe: “De muchos de nuestros pocos hacen otros su mucho”