Dónde nos lleva la inflación en 2016
La semana pasada el Instituto Nacional de Estadística público el dato de inflación de julio. Con el dato de julio, -0,6%, ya son nada menos que tres años de precios en niveles mínimos o negativos. El PIB crece, pero los precios, no.
Nos encontramos ante un escenario atípico, propio de un proceso de desapalancamiento (reducir deudas) brutal, como el que ha vivido la clase media española en estos 7 años de vacas flacas. La crisis financiera ha cambiado nuestros hábitos de gasto. Somos más austeros, buscamos formas de consumo responsable con nuestros estados financieros y dejamos para tiempos mejores las compras de productos que no son necesarios.
La inflación en 2016, pendiente del Brexit y del BCE
El Brexit todavía no ha dicho su última palabra y aún son difusas las consecuencias que traerá la salida de Reino Unido de la Unión Europea a las economías de los demás miembros. Una ralentización del crecimiento no va a animar el crecimiento de los precios en la zona euro. En la otra cara de la moneda, nos encontramos con situaciones que pueden alentar lo contrario. Es precisamente, el mensaje que ha lanzado recientemente el BCE al anunciar que continuará con los estímulos para estimular la inflación en 2016.
Entre Brexit y helicóptero del dinero anda la cosa. Es cierto que las bajadas de los precios van reduciéndose: cada mes caen menos y se acercan al nivel neutro: el 0%. Como avanzamos en abril, el mes que el IPC registró su nivel más bajo del año, tendremos que aprender a vivir sin inflación durante unos meses más. Muchos expertos creen que la inflación en 2016 alcanzará se situará en cero a final de año. De hecho, este escenario ya se dio a finales de 2015. Sin embargo, la economía no es una ciencia exacta, y las tendencias no tienen una fecha de entrega ajustada.
Desde un prisma de economía familiar, a la hora de calibrar nuestro presupuesto doméstico para la segunda mitad del año, lo lógico es que dejemos una puerta abierta a una ligera recuperación de los precios en los próximos meses. Pero no tendremos crecimientos superiores al uno por ciento hasta dentro de unos meses. De hecho, no sería bueno para nadie que la inflación se disparase de repente.
Gasolina menos cara, alimentos al alza
De momento, donde más lo agradece el bolsillo familiar es en los precios de los carburantes y de la energía. Por primera vez en mucho tiempo, el litro de diésel en España se puede encontrar por debajo del euro cada vez en más estaciones de servicio. La tensión de la inflación en 2016 vendrá por los alimentos que son los que han tirado para arriba en la cesta de la compra de julio. Concretamente, las frutas frescas y hortalizas. También es posible que repunten algo los precios de la cultura y el ocio.
El resto, vivienda, vestido, hoteles y restaurantes acompañarán al transporte y la energía en la contención de precios. Con estos mimbres, lo sensato es pasar unas vacaciones lo más tranquilas y responsables posibles y prepararse para la vuelta al cole. En el cuarto trimestre del año, los precios serán, seguramente, ligeramente más altos que antes del verano, pero seguiremos en una vía de inflación cero (o próxima a cero) en lo que respecta a los grandes bloques del presupuesto familiar.
La cuota de las hipotecas permanecerá en los niveles actuales, al igual que la factura en carburantes. En cambio, es de prever que los impuestos suban después de las navidades, si Bruselas sigue empeñada en domeñar el déficit público de España. El próximo examen será el 15 de octubre. De momento, parece que el ajuste vendrá de la mano del Impuesto de Sociedades, pero no está exento de posibilidad que se toque el IVA para generar ingresos en las arcas públicas, lo que, sin duda, afectaría al consumo.
En cualquier caso, conviene estar preparados para sacar el máximo partido a las finanzas familiares con el patrón de precios que dibujará la inflación en 2016. De momento, habrá que prever en el presupuesto doméstico adelantar los gastos de las comidas navideñas antes de que los precios escalen posiciones en las tablillas de precios del supermercado.