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Alimentos de temporada: comer mejor, más barato y más sano

Podría parecer un consejo obvio recomendar el consumo de productos de temporada como base para nuestra alimentación diaria, pero no lo es en absoluto. Los mercados globalizados, los gustos por la gastronomía internacional y los intereses económicos, hacen que la mayoría de alimentos estén disponibles todo el año para el consumidor. En cambio, llenar la cesta de la compra con alimentos de temporada resulta más sano, más barato y también más ecológico. Tres razones de peso para cumplir con una premisa con frecuencia ignorada aunque a primera vista parezca lógica.

Los alimentos de temporada son más sanos y más baratos

Las nuevas tecnologías, los avances químicos e industriales en materia agropecuaria y las comunicaciones internacionales, que facilitan el transporte rápido de las mercancías, han propiciado el cultivo de muchos productos en invernaderos en épocas que no les corresponden climáticamente y el traslado de alimentos en cámaras frigoríficas de un confín  al otro del planeta en pocas horas o días; pero los productos de la huerta solo saben y huelen como tienen que saber y oler cuando se consumen en su temporada. Algo que cualquier chef, sin intereses comerciales que distorsionen su criterio, afirmará sin dudarlo.

En este enlace encontraréis el calendario de temporada de frutas, hortalizas y verduras, pescados y mariscos, carnes y  frutos secos.

Los productos de temporada son más sabrosos por que se cultivan en suelos ricos y con todas sus propiedades en ese periodo concreto del año, con el clima adecuado y completando su calendario natural. En el momento de su recolección mantienen intactas todas sus propiedades nutricionales, su textura idónea, y también el olor y el sabor auténticos.

En el mercado tecnológico existen aplicaciones para móviles especializadas en este tipo de control y gestión de alimentos.

El coste de los alimentos durante los periodos propios a su producción es también menor que en otros momentos del año. La disponibilidad de estos productos en las tiendas es mayor, y al aumentar la oferta, disminuyen los precios con el consiguiente ahorro para el consumidor.

Y por último están las ventajas de corte ecológico, ya que al respetar el ciclo natural y la zona de producción de los alimentos, se evita la implantación de monocultivos intensivos que agotan es suelo. Y además, abundando en el ahorro económico antes expuesto, se reduce el gasto energético al minimizar la necesidad de transporte, distribución y almacenaje.

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