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Seguridad y ahorro al volante: qué revisar en el coche antes de las vacaciones

Si estás a punto de salir de vacaciones y el coche es tu medio de transporte, no olvides hacer una buena puesta a punto. Ahorrártela puede salirte muy caro. Y no sólo porque una avería inoportuna pueda costarte mucho dinero y puede provocar retrasos que frustren  algunos días de descanso, sino también porque un vehículo en malas condiciones es un peligro para tu seguridad, la de tu familia y la del resto de conductores en carretera.

Una revisión completa en manos de un mecánico de confianza es tal vez el mejor de los consejos. El que garantiza los mejores resultados. Pero tal vez no sea necesario ser tan riguroso. Sobre todo si entendemos algo de motores, si somos conductores experimentados y si el coche es nuevo o seminuevo. No obstante, solemos sobrevalorar nuestra pericia y nuestras capacidades, y un exceso de autoestima puede ser un mal consejero. Con la seguridad no se juega.

Si el coche tiene más de cuatro años, asegúrense de que ha pasado la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Si no es así, pásenla de inmediato y, además de evitar la multa, tendrán resuelto el tema de la puesta a punto.

Pero por si optan por hacer el chequeo ustedes mismos, vamos a darles algunos consejos primordiales, que les evitarán sustos y problemas.

Qué revisar en el coche. Conviene hacer una puesta a punto del vehículo antes de las vacaciones

¿Qué hay que revisar en el coche?

 Líquido de frenos. Puede parecer una obviedad, pero es importante comprobar los frenos del coche antes de salir. Los expertos aconsejan reemplazar el líquido de frenos cada dos años o menos, y un fallo en este sentido podría resultar fatal. Basta con pisar a fondo el pedal de freno y ver si baja el nivel de líquido en el vaso de expansión. Así se comprueba que el sistema conserva su presión óptima.

Nivel de aceite. Con tráfico lento el coche consume más aceite de lo normal, y ya sabemos que los atascos o caravanas en carretera son muy habituales en los núcleos turísticos. Y encima con los rigores del calor estival. Por eso es muy importante comprobar tanto la cantidad como la calidad del lubricante del vehículo.

Es una comprobación muy sencilla. En el depósito hay una varilla metálica y plana que debemos extraer por completo.   Hay indicadas dos rayas o puntos, según el modelo, que marcan los niveles máximo y mínimo de aceite en el motor.  La mancha del lubricante al sacar la varilla debe estar siempre entre ambas señales. Esta medición se debe hacer siempre con el motor en frío.

Luces bien reguladas. No podemos salir a la carretera sin las luces en perfecto estado. Ni aunque queramos conducir de día. Eso es una absurda manera de auto-engañarse, y es muy peligroso. En primer lugar es obligatorio llevar bombillas de sustitución. No es excusa decir que se acaba de fundir. No te librará de la multa llegado el caso, pero es que además es peligrosísimo conducir de noche con deficiencias lumínicas.

Regular los faros ya es más complejo. En primer lugar porque se necesita un regloscopio. Con este medidor y un destornillador pueden regularse las luces. No obstante, lo más conveniente es que lo haga un profesional.

Liquido limpiaparabrisas y escobillas. En verano llueve menos, pero llueve. Y a menudo llueve barro. Y sino, puede haber un charco, que otro vehículo proyecte contra nuestro parabrisas. Situaciones que, si se producen en carretera, pueden resultar muy peligrosas. Por todo ello, es importante revisar las escobillas antes de emprender viaje – deben limpiar bien y toda la superficie por igual-, y comprobar que hay suficiente líquido limpiaparabrisas. No es una cuestión de limpieza y comodidad, sino un aspecto básico para nuestra seguridad.

Neumáticos. A veces no somos conscientes de la importancia de llevar las ruedas en buenas condiciones. No duran toda la vida. El dibujo se desgasta, y ello disminuye la adherencia del neumático a la carretera, aumenta el riesgo de reventón y, si no se ha desgastado por igual en las cuatro ruedas, puede hacer vibrar el volante e incluso provocar algunos votes y ruidos extraños. Hay un truco muy sencillo para comprobar el nivel de las cubiertas. Si se mete una moneda de euro en los surcos del dibujo, y no desaparece la parte dorada, es que están demasiado desgastados y conviene renovarlos.

También hay que hinchar las ruedas adecuadamente. Los fabricantes recomiendan una presión concreta para cada modelo. Incluso en los poster de hinchado de las gasolineras suelen estar indicados los niveles idóneos para cada vehículo, y conviene respetarlos. No solo es peligroso, sino que con las ruedas deshinchadas se incrementa el roce, y por lo tanto la resistencia, haciendo que aumente el gasto de combustible.

Batería y bujías. Es muy conveniente revisarlas y que estén en perfecto estado. Si ves que sale líquido de la batería, debes cambiarla y revisar el alternador. Hay que procurar mantener limpios los bornes, y protegidos con vaselina o grasa; y desechar la batería si alguno presenta un aspecto extraño (oxidado, rugoso…). Y las bujías deben mantenerse limpias. Si parecen calcificadas, con una extraña excreción que se ha solidificado, conviene cambiarlas. Si están sucias pueden impedir el arranque o provocar un gasto excesivo de combustible.

Filtro del aire. Es recomendable revisar el filtro del aire ya que, cuando está sucio, el consumo de combustible del coche aumenta y en un viaje largo la diferencia puede ser mayor que el precio de un filtro nuevo.

Aire acondicionado. Son ya pocos los vehículos en circulación sin sistema de refrigeración de serie, y conviene revisarlo antes de salir y comprobar que funciona adecuadamente. Conducir con calor es peligroso porque genera somnolencia.

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