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Cómo celebrar una Nochevieja más barata y sostenible

Cómo celebrar fin de año más barato

A más luz más felicidad. Mentira. Cuanta más comida sobra más amor en la familia. Mentira. Y así, una tras otra, un montón de bobadas que a veces se cometen por inercia, de forma tan innecesaria como insensata al llegar la Navidad. No es necesario gastar más para celebrar mejor la Nochevieja. El consumo responsable sigue siendo una buena opción para despedir el año, y no por ello será peor la fiesta. Un fin de año sostenible es bueno para todos. Para nosotros y para el medioambiente. Y es posible.

La casa puede lucir preciosa sin que tenga que deslumbrar a nadie. El árbol de navidad se decora con luces, pero estas no tienen por qué estar encendidas desde que anochece y hasta que vuelva a salir el sol de primero de año. La celebración no deslucirá por eso. Y lo mismo vale para las luces que adornan la fachada, los jardines o las puertas.

También es recomendable contener el gasto apagando las luces innecesarias. Aunque haya más gente en casa durante la Nochevieja, casi todos suelen compartir una misma estancia. No tengamos encendida toda la casa. El baño, los dormitorios, el garaje, si están vacíos, están mejor a oscuras.

Un truco para no sobrecargar la nevera es aprovechar el frío natural. Es invierno, y probablemente la temperatura ambiente del alféizar sea ideal para mantener frescos algunos platos. Eso sí, cuidado si tienes gato. Y lo mismo, pero a la inversa, con los hornos y la vitrocerámica, que son dos de los electrodomésticos que más gastan y suelen funcionar a pleno rendimiento en noches como esta. Y solo hay que mantener caliente la comida suele bastar con mantener el horno cerrado, aunque ya esté apagado. Y la vitro también mantiene el calor durante un rato si la apagas y no quitas el cazo.

Y ya que hablamos de la temperatura, hablemos de la calefacción. Es sin duda indispensable para garantizar el confort, pero no debe servir para mantener el verano durante todo el año. Aunque estemos en casa, en diciembre no hay porqué ir en manga corta y “shorts”. 20 grados es más que suficiente para conseguir un ambiente agradable. Y si tenemos en cuenta que las reuniones de fin de año suelen ser numerosas, probablemente pueda bajarse aún más.

Comida

Respecto al apartado de los excesos gastronómicos que se perpetran en masa en estas fechas, solo recordar lo absurdo que es comprar, cocinar y ofrecer más de lo necesario. El resto se tira, y esas sobras afectan al bolsillo, al reciclaje, a la sostenibilidad medioambiental y a la conciencia de cada cual en una sociedad que tiene más carencias de las que puede aceptar la dignidad solidaria.

Hagan la lista de la compra de forma concienciada y realista, sin responder a impulsos o euforias festivas, y calculando las cantidades con la ayuda de la razón. De este modo evitarán el derroche – económico y material-, generarán menos desechos y, si congelan las sobras, podrán seguir celebrando más encuentros por el mismo precio y con la conciencia tranquila.

Y la basura, que en estas fiestas quintuplica los volúmenes habituales, hay que reciclarla. El planeta os agradecerá  una entrada más ecológica en el nuevo año. Para ello lo más práctico es dejar preparados y a la vista los diferentes cubos de reciclaje, pues habrá mucha gente en casa haciendo uso de los mismos, y si todos los residuos acaban mezclados es muy probable que sea así como acaben en el contenedor exterior. O sea, lo que viene a ser prevenir antes que curar. En estas fechas, la cantidad de vidrio que se desecha puede aumentar hasta en un 50%. Es importante que vaya al contenedor correcto.

También hay que dosificar el agua, pues el ajetreo en la cocina suele ser intenso en nochevieja, y no es raro ver como los grifos permanecen abiertos de manera casi constante. Abrir y cerrarlos cada vez que se usan supone un ahorro enorme en agua, un producto escaso cuyo valor ecológico es aún mayor que el económico.

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