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Depósitos estructurados, inversión a medida

Hay que ser cauteloso a la hora de invertir, y sobretodo informarse muy bien de los productos financieros seleccionados para hacerlo, ya que no todos se ajustan a nuestras necesidades o nos ofrecen las condiciones más beneficiosas. La oferta es amplia y variada, y uno de los productos financieros más interesantes, aunque no exentos de riesgo, son los depósitos estructurados, los cuales de algún modo permiten llevar a cabo una inversión a medida en función de las exigencias o limitaciones de cada cliente.  De hecho, son combinaciones de un depósito tradicional con una opción sobre la evolución de uno o varios subyacentes, que bien pueden ser acciones, índices bursátiles u otros valores económicos.

Despósitos estructurados

Los productos estructurados se pueden contratar para diferentes plazos, que se adaptan a las necesidades de cada inversor y varían en cada oferta. Esta es una de las principales y más ventajosas características de este tipo de productos, que como antes avanzábamos siempre están vinculados a la evolución de una acción bursátil, un índice (Ibex35, Eurostoxx, etc.), un tipo de interés (Euribor, Libor, etc.) o un tipo de cambio (por ejemplo: Euro-Dólar). Esta evolución, junto con la estructura del depósito, es la que define la rentabilidad de su inversión.

Riesgo

Todos los productos de inversión, ya sean de renta fija, los de renta variable o los bonos convertibles, tienen un riesgo en lo referente a su futura rentabilidad. Los depósitos estructurados tienen diferentes niveles de riesgo en la inversión. Los de riesgo limitado son aquellos que al vencimiento gatantizan parte o la totalidad de la inversión del cliente. Los hay que garantizan el 100% del capital y los que tienen garantizado solo un porcentaje (70- 80-90%).

Los rendimientos atractivos  ofrecen la posibilidad de obtener unos beneficios ajustados al subyacente. Habitualmente siempre existe una remuneración fija y pactada de antemano, y una rentabilidad variable en función del comportamiento de uno o varios subyacentes con los cuales se combina el producto.

Hay que señalar también que existen también – y son cada vez más habituales- otro tipo de estructuras, llamadas Estructuras Reverse o Reverse Convertible, en las que el emisor se reserva el derecho, al vencimiento del contrato, y siempre en función de la evolución del subyacente, de entregar bien el efectivo bien el subyacente (acciones) conforme a la liquidación previamente acordada. El capital inicial no está garantizado, y el riesgo de la operación es proporcional a la posible rentabilidad: alto en ambos casos.

En cualquier caso, antes de contratar éste o cualquier otro producto en el que invertir los ahorros, es muy conveniente asesorarse con una fuente externa a la entidad financiera que les ofrece el depósito; e incluso comparar las condiciones y características del mismo con los que proponen otros bancos.

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