Juegos para aprender sobre finanzas (I)
No puede empezarse una serie sobre juegos de mesa económicos y no hacerlo con el Monopoly, que se halla sin duda entre los más populares de la historia y, desde luego, entre los más vendidos. Su origen se remonta a 1903, pues puede considerarse la evolución de un juego creado por Elisabeth Magic Phillips y que se llamó originalmente The lordland’s game. Y aunque no necesite presentación, cabe recordar que el objetivo del juego es llegar a crear un monopolio urbanístico a base de comprar cuantas propiedades sea posible. Algo que sólo podrá conseguirse si la suerte y los dados se alían con el jugador. Para ellos los jugadores manejarán papel moneda imaginario (para la mayoría de nosotros fueron los primeros billetes que tocamos) de un banco ficticio, y podrán comprar o vender propiedades al resto de participantes, o incluso cobrar a quienes caigan en sus propiedades del tablero para permitirles el paso. Nociones todas ellas a la orden del día en la rutina económica del mundo que nos rodea. La empresa que lo explota y posee sus derechos es la estadounidense Hasbro, y el juego tiene infinitas versiones, ya que incluso cuenta con una de la Marvel, donde los jugadores manejan superhéroes con ambiciones inmobiliarias.
Y cómo todo éxito tiene su némesis, en 1973 apareció Anti-Monopoly, cuyo título es suficientemente explícito como para tener que explicarlo. Aunque su creador tuvo que hacerlo en los tribunales antes de conseguir explotar su idea, que a todas luces aprovechaba el tirón del Monopoly con fines comerciales. Se trata de un juego donde hay que conseguir ser el competidor más rico después de que todos los monopolistas hayan quedado en bancarrota.
No obstante, y sin necesidad de aprovechar la estela y la inspiración ajena, hay otro juego que también puede considerarse el reverso del Monopoly. Éste es Bancarrota, el juego en el que debes perder si quieres ganar. Y es que el primer jugador que pierda un millón de euros será el triunfador. De hecho, la partida consiste en gastar tanto dinero como puedas… derrochar sin control, disfrutar de los lujos de la vida, apostar en los casinos y probar suerte en las carreras… Pero asegurándose siempre de perder y acabar sin fondos. De lo contrario, si no lo pierdes todo, ganas.
Creado por varias entidades europeas especializadas en finanzas éticas, micro-créditos y educación para la sostenibilidad, Ethica es un juego de mesa pensado para explorar el impacto social y ambiental de las actividades bancarias, las inversiones y los negocios, y aprender a tomar decisiones más responsables y éticas en cuanto a la gestión del dinero. Lo que pretende es concienciar socialmente del papel de la economía en un mundo globalizado, que pierde de vista el fondo humano oculto tras la imponente fachada financiera de una sociedad multinacional.
¡Pánico en Wall Street! pretende ser un juego de mesa real como la vida misma si miramos hacia las cúpulas financieras internacionales, ya que promueve sobre el tablero un duelo de negociaciones entre empresarios e inversores que pretenden e intentan ganar el máximo dinero posible antes de que el mercado fluctúe. Algo que por supuesto depende de la suerte albergada en los dados. De este modo, unos nadarán en la abundancia mientras los otros verán como sus bollantes economías se hacen añicos. Casi como la sección de economía del telenoticias de un día cualquiera. Es un juego de Asmodée que permite entre 3 y 11 jugadores.
Cashflow es un juego de mesa creado por Robert Kiyosaki, conocido autor de manuales de autoayuda financiera, y que lo ideó para simular el mundo de los negocios y de las inversiones para que los jugadores pudieran experimentar situaciones factibles en la vida económica real, y poder llegar al objetivo final, que es cumplir un sueño que tengas en tu vida. Con la propuesta se pretende incrementar la inteligencia financiera del jugador, tratando de brindarle opciones que pueda aplicar después en su vida real.