«Recortes», de Mariano Barroso: las consecuencias socioeconómicas de una mala época
El teatro, como cualquier disciplina creativa, también se nutre de la realidad. Y a menudo de la que acontece en la actualidad. Tal es el caso de Recortes, un montaje estrenado recientemente en Madrid, y que bajo la dirección del cineasta Mariano Barroso (Los lobos de Washington, Todas las mujeres), reciclado ahora en funciones teatrales, pone en escena algunas de las consecuencias socioeconómicas derivadas de una mala época. Un periodo de crisis que necesariamente dejará secuelas. Y que en esta ficción –inspirada en infinitos casos reales- se centra en el sector socio-sanitario, pero que bien podría haber puesto el punto de mira sobre cualquier otro.
El espectáculo se compone de dos piezas breves e independientes que conforman una sola función: Frágil y Reflectante. Presentan dos situaciones extremas y sin embargo cotidianas. Sin habernos dado cuenta, quizás hoy mismo, lo cotidiano se ha convertido en urgente y la rutina ha pasado a ser una emergencia. Alguien ha arrasado la tierra prometida y las víctimas se debaten entre sobrevivir con dignidad o sobrevivir a secas.
En la primera, Frágil, escrita por David Greig, una trabajadora de los servicios de salud mental intenta calmar a uno de sus pacientes, cuando éste irrumpe de madrugada en el apartamento de ella, alarmado por el cierre del Centro de Salud en el que hasta ahora le trataban.
Reflectante, de Clara Brennan, es el monólogo indignado, enérgico y tragicómico en el que la madre de una joven discapacitada con necesidades especiales desconfía de que alguien vaya a cuidar de su hija cuando ella no esté y, mientras tanto, trata de proporcionar a la chica todo el placer y el disfrute que tiene a su alcance.
Los protagonistas de Recortes son Daniel Guzmán, muy conocido por Aquí no hay quien viva, y Nuria Gallardo.