Apalancamiento: deuda para invertir
El apalancamiento es, por tanto, la cantidad de recursos ajenos que pueden ser respaldados por los propios para financiar una determinada operación, de cuyos futuros beneficios la sociedad deberá no solo devolver la deuda adquirida sino también los intereses generados por el préstamo.
Con este sistema, y esta es su principal ventaja, se puede multiplicar la rentabilidad de una operación, ya que el capital propio invertido es bajo y el beneficio, una vez devuelto el crédito, puede ser porcentualmente muy superior. Pero a su vez hay un riesgo o desventaja muy importante, pues si la operación no sale bien la empresa puede quedar muy endeudada o incluso descapitalizada e insolvente, y a merced de un crédito bancario que no puede devolver.
Este tipo de fórmulas financieras pueden aplicarse a una operación bursátil (compra y venta de acciones por parte de una empresa para invertir), pero también para comprar y gestionar una sociedad o para llevar a cabo una expansión empresarial.
En términos de eficacia económica, y simplificando el concepto financiero al máximo, podría decirse que un apalancamiento se mantiene en zona segura siempre que la inversión genere unos ingresos superiores a los intereses de la deuda bancaria.