¿Dónde están las oportunidades profesionales en tiempos de crisis?
Por eso, más allá de los sectores laborales convencionales, que padecen con mayor o menor rigor las consecuencias de la crisis, siempre hay nuevos yacimientos de empleo producto de las circunstancias y las transformaciones del mercado. A menudo trabajos temporales, pero a veces incluso nuevos oficios o disciplinas profesionales, inexistentes hasta la llegada del nuevo modelo sociolaboral.
Algunos de esos cambios derivan de necesidades evidentes que todos podemos observar en nuestro entorno social inmediato. Por ejemplo: el envejecimiento de la población, la incorporación de la mujer-madre al mercado de trabajo, el avance y uso masivo de las nuevas tecnologías, el auge de idiomas concretos debido a situaciones geopolíticas internacionales o el deterioro del medio ambiente. Problemáticas o realidades que exigen especialistas o profesionales que cubran las necesidades de cada uno de esos sectores en desarrollo.
Nuevas perspectivas laborales que no significarán nunca la solución definitiva al problema del desempleo, pero sí ayudarán a aliviar la situación cuando los sectores tradicionales no puedan absorber el mismo número de trabajadores que en las épocas de bonanza.
Estas nuevas oportunidades profesionales proliferan en unos ámbitos laborales más que en otros. En los servicios a domicilio, por ejemplo, es donde se concentran más oportunidades en este sentido. Sobre todo en el terreno de la atención domiciliaria, ya sea en la asistencia a las personas mayores, servicios de “canguro”, cuidado de mascotas, entregas a domicilio (comida, mercancías u otras necesidades) o limpieza doméstica.
El tema de los niños, más allá de los servicios particulares, ha inspirado también un sinfín de iniciativas empresariales o profesionales. Oferta cultural en horario laboral de los progenitores, guarderías temáticas, acompañantes-recogedores de niños… o cualquier otra función que los padres no puedan realizar a causa de sus obligaciones laborales.
Por otro lado, y por contradictorio que parezca, la elevada tasa de jóvenes desempleados ha fomentado la aparición de numerosas entidades que asesoran y apoyan su inserción en el mercado laboral. Organizaciones no gubernamentales y empresas privadas dedicadas a la creación de puestos de trabajo para ayudar a encontrar un empleo a los más desfavorecidos.
Ni que decir tiene que el avance de las nuevas tecnologías es un yacimiento laboral hiperactivo, ya que las novedades en este sector son casi diarias, exigiendo la renovación y el reciclaje profesional de forma continuada. El oficio de Los community managers sería un caso paradigmático.
La sensación de inseguridad que asalta a cualquier sociedad cuando atraviesa un periodo de dificultades económicas constituye otro de los focos de creación de empleo, ya que las ofertas para trabajar de guardia de seguridad o como instalador de sistemas antirrobo y otros dispositivos se disparan en estas épocas.
Curiosamente también suele reactivarse el pequeño comercio en tiempos de crisis, pues aunque las grandes superficies son implacables en materia de oferta y demanda, fijando precios inasumibles para el pequeño empresario, lo cierto es que la proximidad y el trato directo es uno de los valores más apreciados cuando las cosas vienen mal dadas, y uno se ve obligado a hacer pequeñas adquisiciones y no grandes compras semanales o mensuales. La fidelidad en ambas direcciones de empresario y cliente es un revulsivo para sacar adelante comercios que, debido a sus modestas proporciones, tampoco exigen grandes inversiones de salida. El auge de los mercados tradicionales, constituidos por decenas de pequeños puestos especializados, es un ejemplo de lo dicho.
Por último, el sector medioambiental es otro de los que ofrece nuevas oportunidades en estos tiempos de preocupación ecológica globalizada. Son muchos los empleos que ha generado la reivindicación medioambiental y la concienciación social en los últimos años. Una responsabilidad que no debe recaer solo en la Administración pública, cuyos recursos son limitados. El sector privado ha de asumir un mayor compromiso, creando empresas que ofrezcan servicios y cobren por ellos, con la consecuente creación de empleo.
En cualquier caso, sean cuales fueren los nuevos yacimientos de empleo que genere la actualidad, hay un aspecto fundamental que no debe descuidarse y que marcará el acceso de los trabajadores a las nuevas oportunidades, y que no es otro que la formación. La cual debe adecuarse al nuevo escenario de la oferta y la demanda.
Con todo ello, y al margen del tema central de este artículo, cabe decir que a lo largo de los últimos años de crisis económica en España, de todos los sectores laborales tradicionales, los que mejor han respondido en materia de creación de empleo han sido el del turismo y la hostelería en los periodos de temporada alta, y sobretodo el de la agricultura, que durante décadas ha estado en franca recesión, y que ha visto como en los últimos años ha recuperado buena parte de sus atractivos como salida profesional frente a la falta de oferta en otros sectores.