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Claves para entender los próximos test de estrés

En los próximos meses un titular comenzará a destacar en todos los medios de comunicación. Hablará del test de estrés de la banca. ¿Qué entidades lo pasarán? ¿Cuáles no?  ¿Es justo? ¿quién está obligado? ¿Qué requisitos tendrán que pasar para aprobar? Para poder asimilar toda esa avalancha de información que está por venir, es necesario partir de unos conocimientos básicos.  Estos son algunos de ellos:

Close-up Of Businessman Hand Put Coins To Stack Of Coins

¿Qué es un test de estrés financiero?

Es un ejercicio de laboratorio económico. Es decir, se toman los balances actuales de los bancos (en concreto, los del cierre de 2013) y se trata de estudiar cómo evolucionarían esos datos en caso de que la economía deviniera en una situación muy crítica. También lo podríamos comparar con un video juego en el que el jugador principal, en este caso el Banco Central Europeo, tiene capacidad para definir los escenarios de la partida. Para empezar, comenzará con una primera fase, llamada escenario base, que es la menos complicada.  Y en un segundo paso podrá mover su cuadro de mandos para pasar a un pantalla más difícil. Entre otras cosas, podrá ampliar artificialmente el ratio de morosidad, subir los tipos de interés, paralizar el mercado interbancario o hacer que los clientes apenas pasen por los bancos. Es algo así como diseñar una nueva crisis y tratar de ver como se comportarían los bancos en ese contexto. Esto es lo que economistas y periodistas llaman escenario estresado.

¿A qué entidades afecta?

El Banco Central Europeo ya tiene encima de la mesa de análisis los balances de 130 bancos de toda Europa que representan, más o menos, el  85% del sistema financiero europeo. Esos mismos bancos son los que serán supervisados directamente por el Banco Central Europeo a partir de 2015. Pero aunque sí son todos los que están, no están todos los que son.

Como punto de partida, las autoridades europeas exigían que cada país presentara, al menos, al 50% de su sistema financiero. Así que, algunos han cumplido a rajatabla esa orden, mientras otros,  como España, han preferido apostar por la transparencia obligando a pasar el examen a la casi totalidad de sus bancos.

¿Cuándo se va a hacer?

Se está haciendo a lo largo de todo el 2014, pero los resultados finales no se conocerán hasta noviembre.

¿Qué se analiza?

Se sabe la materia, los balances de la banca a cierre de 2013. Pero, en el momento de escribir este texto, todavía se desconocían los puntos concretos que se iban a analizar de esos balances. Se saben las líneas básicas, pero no los detalles. Por ejemplo. Está claro que se analizará la situación de liquidez y financiación de cada banco. La capacidad de recuperar el dinero que han prestado a los ciudadanos y empresas (riesgo de crédito), pero también a los Estados. Es decir, la cantidad de deuda pública que tienen en sus balances (riesgo soberano). Aquí es donde está el mayor temor de los bancos españoles. Y es que, Alemania pretende que esos títulos de deuda pública sean penalizados. Si el criterio alemán triunfa; los bancos españoles salen perjudicados, ya que a 31 de diciembre tenían el 8,6% de sus activos en deuda pública.

La misma indecisión planea sobre el resto de activos. Por ejemplo, no es lo mismo que el BCE considere activos de riesgo los préstamos a promotores inmobiliarios grandes, que también los medianos o pequeños.  Y así, suma sigue.

Durante los próximos meses, el BCE irá definiendo todos estos parámetros. Los bancos, ir intuyendo en qué condiciones va a estar en noviembre. En teoría toda la suerte está echada. Pero parece que todavía hay tiempo para algún ajuste. Por ejemplo, el Banco de España ha pedido, a principios de marzo, a las entidades financieras que actualicen lo datos de la refinanciaciones que han realizado para que no haya ninguna sorpresa en la revisión de los activos.

Por su parte, el BCE avisó a mediados de marzo a los bancos españoles de que no va a aceptar la valoración de sus activos inmobiliarios que hizo en 2012 la consultora Oliver Wyman.  Esto implica que el sistema financiero español deberá volver a evaluar el 1,7 millones de activos inmobiliarios que evaluó para el test de estrés nacional de hace dos años ( aunque más 51.000 de ellos están transferidos a la Sareb).

Desde hace unos meses cada reunión de Ministros de Economía europeos da una noticia sobre este tema. ¿La última? Los bancos podrán incluir como capital las emisiones de bonos convertibles, más conocidos en la jerga financiera como CoCos, emitidas en el último año.

¿Hay algo ya seguro?

En el momento en que se redactaba este post, todavía faltaban por conocer muchos de los criterios que el BCE va a aplicar en el análisis. Uno de los que está fuera de duda es el que se refiere al límite de capital de máxima calidad que deberán tener los bancos, una vez aplicados los criterios del escenario estresado, que será como mínimo del 5,5%. En el caso del escenario base, el porcentaje asciende al 8%.

¿Qué  ocurrirá  a los bancos que no superen el examen?

Si no se superan los criterios que finalmente exija el BCE, como ya ha ocurrió en los test de 2011, los bancos tendrán que recapitalizarse. Es decir, buscar ayuda para cumplir los requisitos. Las vías para hacerlo son varias.  Recapitalizaciones, cancelaciones de dividendos, ampliaciones de capital, ventas de activos, y en última instancia ayudas públicas… Y aquí vuelven los problemas. Lo único que está claro es que los bancos que no hayan alcanzado el umbral mínimo de capital en el escenario base tendrán que adoptar medidas en el corto plazo, mientras que aquellos que no cumplan los mínimos en el escenario de tensión (5,5% de capital adicional) tendrán un mayor plazo para captar el capital necesario.

Pero, como ya ha advertido el servicio de estudios del BBVA, tampoco “no hay unanimidad entre las autoridades sobre cómo afrontar los posibles déficit de capital». Es decir, todavía falta por definir como recuperar los suspensos. Todo está por definir.  Y, tal vez, este sea uno de los asuntos más complicados, ya que las reglas deben ser las mismas para todos los países. Algo que no había sido así en anteriores test de estrés.

Pilar Blázquez
Periodista especializada en Economía
Puedes seguirla en Twitter en @praxagora21

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