Los nuevos contratos de la luz tendrán penalización por permanencia
A partir de ahora, el precio de la luz dependerá de los precios de la energía en el mercado, y funcionará de un modo parecido al de la Bolsa de valores. Así, el precio que pagará cada usuario dependerá ahora de a como cotiza cada día la electricidad en el mercado mayorista, o pool.
En el recibo bimestral, la eléctrica le hará a cada cliente una media de esos precios, que inevitablemente pueden ser muy volátiles. Y para evitar la volatilidad, y por tanto las sorpresas desagradables, el Gobierno va a obligar a las empresas eléctricas a ofrecer contratos por un año al usuario con un precio único. Algo así como una tarifa plana e invariable. Pero en contraposición, y para evitar la picaresca del usuario, el Real Decreto presentado por el Ejecutivo para regular esta cuestión también se introduce la penalización al consumidor en caso de no cumplir el compromiso de permanencia adquirido con la compañía que le suministra.
Es decir, si un usuario ha contratado una compañía, que le ofrece un precio medio de la luz a lo largo de todo el año, independientemente de si varían o no los precios del mercado, no podrá rescindir el contrato en el caso, por ejemplo, de recibir una oferta mejor de otra compañía eléctrica competencia de la anterior. Y si así ocurriera, la nueva legislación le permitirá a la eléctrica penalizar al cliente hasta con máximo del 5% del precio del contrato por la energía estimada pendiente de suministro.
En cualquier caso, conviene recordar que la factura de la luz no contempla únicamente los costes de la generación de energía, que es de lo que hemos hablado hasta el momento. En el precio se incluye también lo que se conoce como los peajes de acceso: distribución, transporte, las primas a renovables y cogeneración y costes extrapeninsulares. Unos costes que vienen determinados directamente por el Gobierno – y así seguirá siendo-, y que suponen aproximadamente la mitad del recibo. Además de los impuestos, que también suponen un incremento del precio total que abona el consumidor.