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¿Qué hacer si Hacienda te abre una paralela?

Temblor de piernas, sudores fríos y una intensa sequedad bucal son los síntomas más leves que experimentan la mayoría de los contribuyentes cuando se encuentran con una notificación de la Agencia Tributaria advirtiendo que los datos presentados en la Declaración no están correctos.

Hacienda

Que no cunda el pánico. Aunque el simple logo de Hacienda nos ponga en tensión, enfrentarse a estos requerimientos no significa, al menos en un primer momento, que un inspector fiscal vaya a colarse en nuestra casa y rebuscar hasta debajo de los cajones. En la gran mayoría de los casos, las llamadas paralelas, son trámites administrativos para corregir errores, omisiones o discrepancias entre los datos de una Declaración y los que el Fisco tiene sobre ese contribuyente.

En cualquier caso,  conviene tener claro cómo reaccionar para evitar disgustos futuros. Lo primero que hay que hacer es enterarse de que nos han enviado una paralela. Parece de Perogrullo, pero no lo es. Si alguien está esperando que el susto llegue en un sobre en el que ponga «Paralela de Hacienda» está algo despistado. El verdadero nombre, de lo que en la calle llamamos paralela, es «Notificación de trámite de alegaciones y propuesta de liquidación provisional».

Bajo ese poco amigable epígrafe, Hacienda le comunicará qué datos son los que han generado el conflicto y le adjuntará una propuesta de cómo el Fisco cree que están correctos. Es aquí donde el contribuyente debe actuar.

Dado que la notificación llega por correo certificado, lo más habitual es que, al no estar en casa, el cartero deje una notificación en el buzón indicando que tienen un plazo de 10 días para recoger una comunicación de la Agencia Tributaria.  Si ante esa información se le pasa por la cabeza aplicar la técnica del Avestruz y hacer como si el papelito blanco y amarillo nunca hubiera llegado a su buzón más vale que la deseche cuanto antes. Las notificaciones que no son entregadas a los contribuyentes afectados, se publican en el Boletín Oficial del Estado (algo de lo que probablemente usted no se entere) para que empiecen a contar los plazos oficiales del procedimiento.

Así que lo mejor es coger el toro por los cuernos y tratar de solucionar el asunto cuanto antes. No queda más remedio. Hacienda apenas le deja 10 días para contestar a su requerimiento. Si, una vez revisados los datos, usted cae en la cuenta de que el error es suyo más vale que lo reconozca cuanto antes y se lo diga a Hacienda. De esta forma se puede ahorrar incluso la multa.

Cuando usted sigue en sus trece, y no está de acuerdo con el fisco debe presentar las alegaciones. En la documentación que se le ha enviado encontrará un modelo estándar para hacerlo. Además de un escrito razonable debe presentar toda aquella documentación que avale sus argumentos. Si es convincente, recibirá una nueva notificación con los datos rectificados por parte de Hacienda. Aunque no conviene hacerse muchas ilusiones. No es tan fácil enfrentarse al Fisco.

Lo más habitual es cumplir con los siguientes plazos. Hacienda se tomará entre dos y seis meses para revisar de nuevo el expediente y volver a ponerse en contacto con el afectado. De nuevo, no tendrá mucho tiempo para reaccionar, apenas 15 días para aceptar  o no la nueva liquidación.

Si la contradicción continua, la cosa se complica. Puesto que Hacienda podrá requerir su presencia e ingentes masas de documentos ante una delegación o aún peor, enviarle un inspector a su casa.  Por supuesto, es aquí donde la temblera, los sudores y la sequedad bucal se agudizan. Pero ante todo hay que mantener la calma. Y como aconsejan los expertos asesores fiscales, lo importante es tratar con todo respeto al Inspector y colaborar con sus requerimientos de información. Eso sí, única y exclusivamente con sus requerimientos. Ya que, «hay que estar muy atentos para entregar sólo lo que nos piden, ya que si entrega más se puede levantar la liebre de problemas que Hacienda no ha detectado», advierten siempre los inspectores fiscales. Y eso ocurre con más frecuencia de lo que sería necesario…

Pilar Blázquez
Periodista especializada en Economía
Puedes seguirla en Twitter en @praxagora21

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