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¿Qué debemos tener en cuenta al comprar un coche de segunda mano?

La adquisición de un coche de segunda mano no es una tarea fácil. Requiere una revisión a fondo del automóvil y la opinión de un experto, si tenemos esa posibilidad. En muchas ocasiones, el dilema que se nos planea es si comprar a un particular o a un concesionario, pero lo importante es asegurarnos de que lo que nos ofrecen es verdad y que se ajuste a nuestro presupuesto.

Desde el comienzo de la crisis, el mercado de vehículos de segunda mano se ha convertido en protagonista dentro del sector de la automoción. Es una alternativa para quien necesita un coche y no puede permitirse uno nuevo (cuatro de cada diez optan ya por la compra de un coche de segunda mano) a pesar de las ayudas del Plan PIVE.

Además, este mercado no se ha visto afectado por la subida del IVA, ya que el cambio de titularidad sigue tributando al 4 por ciento al estar gravado con el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.

En 2012 se vendieron 1,6 millones de unidades usadas, un 6 por ciento menos que en 2011, según datos de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam). La mayor parte de las operaciones se realizaron entre particulares (58,6 por ciento), y el precio medio de venta fue de 12.370 euros, de acuerdo a las cifras proporcionadas por AutoScout24.

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Aspectos a tener en cuenta

Dada la relevancia que ha adquirido la venta de automóviles de segunda mano, antes de la compra hay que valorar diversos aspectos:

  • El uso. Cuál es la finalidad que le vamos a dar.
  • Presupuesto. Un elemento clave para determinar el tipo de vehículo que deseamos, y podemos, adquirir.
  • Valor. Para saber su valor real existen webs donde indican su precio. También el BOE lo publica según la marca, modelo y antigüedad.
  • Información. No hay que precipitarse. Es conveniente recabar todos los datos posibles, visitando diferentes concesionarios,  consultando Internet y/o revistas especializadas.
  • Comparar. Precios, modelos y prestaciones de los vehículos que nos interesen.

Comprar a un particular o a un profesional

Es una de las grandes dudas que se nos pueden plantear a la hora de comprar un vehículo de segunda mando. Optar por una u otra opción tiene sus ventajas y desventajas:

  • Garantía. El concesionario ofrece una garantía entre seis meses y un año.
  • Precio. La cantidad a pagar resulta en ocasiones más económica entre particulares. Además, no hay que abonar el IVA, lo que sí se hace en un concesionario.
  • Papeleo. El concesionario se encarga de tramitar toda la documentación. (Solicitud transmisión de vehículos, copia del DNI y del permiso de conducción, justificante del pago o exención de Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, cambio de titularidad…). La tasa que hay que pagar en la Dirección General de Tráfico (DGT) por el cambio de titularidad es de 51,60 euros y de 25,80 para ciclomotores.

Puntos a revisar

El siguiente paso es encontrar el modelo que mejor se ajuste a nuestro presupuesto y una vez hallado realizar una serie de revisiones para saber con certeza lo que estamos comprando. Es importante que nos acompañe un profesional, que verifique los siguientes puntos:

  • Estado general. Echar un vistazo en su interior y exterior, valorando chapa y pintura, golpes, desgaste de neumáticos, tubo de escape, faros, etc. Y en el interior, cómo están los asientos, ventanillas, alfombrillas, volante, pedales, sobre todo el embrague, ya que un mayor desgaste puede significar un uso continuo y una reparación próxima.
  • Motor. Mirar si hay fugas de aceite, si la mecánica está sucia o limpia, los discos de freno (si están gastados y el vehículo tienen pocos kilómetros significa que el conductor abusa del freno o que circula a mucha velocidad, por ejemplo).
  • Revisar el sistema eléctrico. Limpiaparabrisas, aire acondicionado, calefacción, elevalunas, etc.
  • Maletero. Fijarse en el desgaste de la moqueta y en el estado de la rueda de repuesto y herramientas, si están oxidadas o tienen humedad.

Una vez observado con detalle, es conveniente poder circular con el automóvil para verificar su estado en marcha. Comprobar cómo frena, si hace ruidos extraños, si las marchas entran bien y suavemente, la dirección, el giro del volante.

Después, no estaría de más llevar al vehículo a un taller de confianza para un examen más concienzudo, que proporcione un diagnóstico certero sobre el estado final del vehículo.

Un examen del vehículo nos puede suponer alrededor de 100 euros, tal vez un poco más si se trata de un taller oficial. En ese examen el mecánico podría decidir poner el vehículo en bancada para analizar el estado del vehículo (es decir, ver si se han producido colisiones y si se ha respetado el protocolo de actuación si ha habido reparaciones).

Otros elementos a valorar

Con todo lo anterior, aún quedan flecos que el comprador debe considerar. Entre ellos figuran

  • Libro de mantenimiento. Si el coche ha pasado todas las revisiones obligatorias.
  • Situación administrativa del automóvil. Informarse en la Jefatura Provincial de Tráfico (para saber si ha tenido uno o varios propietarios, posibles multas pendientes, órdenes de embargo…). Enviando la matrícula del coche, el usuario recibe en 48 horas un informe detallado de la situación del automóvil.
  • Contrato de compraventa. Tiene que incluir los datos personales de ambas partes y los del vehículo (marca, modelo, matrícula y bastidor). En este caso, al ser el coche un bien de consumo se le aplica Ley de Garantías en la Venta de Bienes de Consumo, tanto para vehículos nuevos como usados, lo que otorga una mayor protección en sus derechos al comprador. Pero la ley distingue la compra venta de vehículos nuevos y usados que tengan lugar entre profesionales de las que se realizan entre particulares. Para estas situaciones se aplica el Código Civil que regula los contratos de compraventa entre particulares en sus artículos 1.445 a 1.525.
  • Cambio de titularidad. Aportar DNI, contrato de compraventa, tarjeta de Inspección Técnica de Vehículos (ITV) y permiso de circulación.
  • Bien en aval. En el caso de que el coche esté como bien en aval, recaerá la responsabilidad sobre la persona que ha firmado como avalista. Es decir, sobre el comprador no recae ninguna responsabilidad, será quien haya avalado ese vehículo el que tendrá que abonar la deuda pendiente, no resuelta con la venta.

Si al comprar el coche vemos que el vehículo no responde a lo que habíamos pedido, se incumplen los términos fijados en el contrato, o tiene defectos ocultos que el vendedor no ha comunicado, el usuario puede plantear una demanda judicial. La indemnización comprende la devolución del precio y de los daños y perjuicios sufridos.

En el caso de que el vendedor oculte que el coche tiene embargos o multas pendientes, al comprador le asiste el Código Civil que impone al propietario en origen una serie de cláusulas de obligado cumplimento, entre ellas:

  • Saneamiento por evicción. Protege al comprador si el coche tiene una sentencia de embargo o expropiación o es robado, por ejemplo. El vendedor está obligado a recuperar la propiedad del bien o indemnizar por daños y prejuicios a la otra parte.
  • Saneamiento por evicción de cargas y gravámenes. Debe estar exento de impuestos y multas impagadas y de sentencias judiciales pendientes. Si el vendedor lo oculta, el comprador tendrá derecho romper el contrato o establecer una rebaja que esté en proporción a las cargas existentes.

Las dos cláusulas se aplican para situaciones en la que el vendedor esté acogido a la Ley Concursal. En este caso será el juez encargado del concurso quien tiene la potestad para acordar la venta de sus bienes.

Siguiendo todos estos pasos, podemos tener más garantías a la hora de comprar un vehículo de segunda mano.

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