El gasto fantasma puede incrementar la factura de la luz en más de 130€ anuales
Con frecuencia no somos conscientes del despilfarro continuo que nos rodea en casa. En cada habitación hay lucecitas rojas o indicadores o dígitos que nos advierten de que algo está conectado, pero no le prestamos atención porque no está encendido. Pues bien, si está conectado (enchufado), está costándonos dinero, y la factura nos lo recordará a final de mes. Un consumo que puede llegar al 8 o 10% del total de nuestra actividad doméstica.
¿Cómo evitarlo?
Y evitarlo es muy sencillo. Ni siquiera es necesario ir desenchufando cada dispositivo o electrodoméstico. Basta con tenerlos todos centralizados en una regleta, y apagar ésta cuando no estemos en casa o no tengamos que usar ningún aparato.
Para los electrodomésticos, que no suelen compartir regleta, lo mejor es bajar todos los magnetos posibles del cuadro eléctrico de la casa cuando salgado de ella. Todos menos la nevera, que suele tener un térmico propio. De este modo, al cerrar la puerta dejaremos nuestra casa en consumo mínimo real, y no con el fantasma engordando nuestra factura eléctrica.
La práctica totalidad de nuestros dispositivos electrónicos o eléctricos tienen la función de “stand by”, y son por tanto cómplices del consumo fantasma. Pero no todos gastan lo mismo en ese modo, ni los dejamos enchufados e inactivos con tanta frecuencia. La televisión, los cargadores de móvil y de otros dispositivos y los robots de cocina suelen ser los que siempre están enchufados (con lucecita), aunque no los estemos usando. Y siguen gastando. Aunque no tato como el aparato de aire acondicionado o la secadora, que aunque no estén en funcionamiento son los que más gastan en función “stand by”.