Cómo prevenir complicaciones financieras durante las vacaciones

Cuando nos vamos de vacaciones queremos tranquilidad y descanso, y para ello debemos asegurarnos de que no tendremos problemas con nuestras finanzas, y que todo transcurrirá con normalidad. Para ello conviene ser prevenido y organizado, y tenerlo todo en orden antes de partir en lo que a nuestra economía ser refiere. Veamos algunas comprobaciones que nos garantizarán unos días de descanso sin sobresaltos.

Lo primero que debemos mirar es la fecha de caducidad de las tarjetas de débito y crédito que pensamos usar durante las vacaciones. Aunque lo normal es que las entidades te envíen las tarjetas de pago antes de que caduquen las que tienes en uso, no está de más que revises la fecha de caducidad de las que te llevas de viaje para evitar encontrarte de pronto lejos de casa con la tarjeta caducada. Y por supuesto, asegurarnos de que hay saldo en la cuenta asociada a esas tarjetas.

Aplicaciones móviles

Otra buena recomendación, en caso de que aún no lo hagas, es instalarte en el móvil una aplicación en la que podrás llevar tus tarjetas y tramitar tus pagos. Es una forma cómoda de llevar siempre dinero encima, ya que hoy en día el móvil nos acompaña a todas partes, y en caso de extravío o robo de la cartera, seguirás teniendo el medio de pago. Eso sí, si denuncias y anulas las tarjetas, tampoco el móvil podrá usarse para pagar. Para estos casos,  muchas de las Apps de las entidades te permiten bloquearla cómodamente desde tu propio móvil, sin tener que recurrir a la entidad.

El uso de la banca online es una manera de tener a mano tus finanzas desde el extranjero o cualquier lugar lejos de casa. Pero para poder usarla necesitarás tus claves de acceso. Asegúrate de que las llevas encima y que funcionan correctamente.

Consulta las condiciones de tus tarjetas a la hora de sacar efectivo de cajeros o pagar en moneda extranjera. En algunos casos, en según qué entidades, estos servicios resultan muy caros en comisiones, y si así fuera tal vez conviene más llevar efectivo encima y hacer el cambio de moneda con antelación  para evitar gastos excesivos.