Hábitos cotidianos para colaborar en la sostenibilidad y la salud del planeta
El cambio climático, el calentamiento global, la contaminación de los océanos, la polución en las ciudades, es como una letanía de los telenoticias, que indigna más o menos a cada ciudadano en función de su grado de concienciación, pero que de poco le servirá a la salud del planeta si no consigue obrar un cambio en nuestros hábitos cotidianos. Nuevas actitudes que redunden en un comportamiento más sostenible a todos los niveles, y por lo tanto sumen en la lucha ecológica contra la degradación del medioambiente. Veamos cuáles son algunos de esos cambios que ayudarían a mejorar la situación.
Antes de pasar a enumerar algunos de los hábitos sostenibles que nos proponen entidades consolidadas como la ONG WWF, la asociación Proyecto Abraham o las plataformas ecologistas NoMen Earth y Welife, debemos echar mano de la cultura popular y recordar aquello de que son todos los que están, pero no están todos los que son, pues son muchos los colectivos que a diario hacen recomendaciones en este sentido. No podemos citarlos a todos, y tampoco es posible enumerar todos aquellos consejos que nos ayudarían a mejorar nuestro compromiso ecológico, de modo que debemos seleccionar solo algunos de ellos y apelar después al sentido común y la solidaridad medioambiental.
También en nuestra página Domestica Tu Economía hemos insistido con frecuencia en este tema, y recordaremos algunas de esas ideas, como por ejemplo las nuevas tendencias de movilidad. El transporte público, los vehículos eléctricos, los coches compartidos y las bicicletas son fundamentales para reducir la polución de las ciudades. Y además, eso sí, no nos olvidemos de andar, la más sana y menos contaminante de las opciones.
Si en algo están de acuerdo casi todos los agentes en materia de sostenibilidad es en la necesidad de controlar nuestra despensa. Tanto en lo que se refiere a la alimentación de temporada y con productos de proximidad, como al tema del desperdicio de alimentos.
En este sentido, es importante apoyar al comercio local. Y no solo por cuestiones saludables y de comercio justo, sino porque la huella de carbono que produce el transporte de algunos comestibles es altamente nociva para el planeta y para nuestra salud. Lo mejor es consumir productos frescos, ecológicos y de temporada. Y nunca comprar ni cocinar más de lo que podamos consumir. El desperdicio de alimento es un derroche económico y natural. Y desde luego, la posibilidad de hacerte tu propio huerto es fantástica. Sana, barata y ecológica.
La ropa también juega un papel en la sostenibilidad del planeta. No hay que abusar y tener más de la necesaria. Acabará desechada sin apenas uso, y su destrucción es altamente contaminante. A parte del despilfarro económico. Hay que intentar que las prendas sean más duraderas. Y no renunciar a la opción de las tiendas de segunda mano, que le dan una segunda vida útil a muchas prendas.
El uso de plásticos es otro hábito que hay que reducir al máximo. Algo a lo cual deben colaborar los comercios, así como las leyes van exigiendo su reducción. Hay que apostar por los productos no envasados en plástico o que sean de vidrio.
El ahorro de agua y energía es otro de los puntos calientes en materia de sostenibilidad, y es en los mismos hogares donde todos tenemos que jugar un papel fundamental. Os remitimos, ahora que llega el verano, que es cuando se gasta más agua y energía, a uno de nuestros artículos de Domestica Tu Economía.
En el mundo de la cosmética también debe tenerse en cuenta el tema de la sostenibilidad. Cada vez hay más productos en el mercado que siguen las etiquetas bio, eco, no testadas en animales y veganas, entre otras. Y lo mismo podemos decir de los productos de limpieza que usamos a diario en casa, y que paradójicamente resultan muy contaminantes mientras limpian. Según un estudio de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, estos productos son una de las principales fuentes contaminantes del aire del planeta. Pero hoy en día los hay mucho menos nocivos e igualmente eficaces en la desinfección del hogar.
Y no se olviden de reciclar.