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Daños colaterales de la COVID: contaminación medioambiental

Tras la devastación que ha supuesto la COVID-19 en estos dos años, tanto a nivel sanitario como económico, se suma ahora a modo de daños colaterales el hecho de que la pandemia ha disparado la contaminación por mascarillas, guantes y plásticos de un solo uso en toda Europa, haciendo que las políticas medioambientales aplicadas en los últimos años en este terreno hayan sufrido un grave retroceso en la consecución de sus objetivos.

En 2021 se anunciaba con satisfacción el final de la comercialización de los plásticos de un solo uso. Una prohibición que debía reducir drásticamente en Europa los desechos plásticos altamente contaminantes. Pero las consecuencias residuales del coronavirus han neutralizado esta importante y eficaz campaña ecológica.

Paradójicamente, en su fase inicial, cuando provocó el confinamiento global, el COVID generó buenas noticias ambientales, ya que la ausencia de actividad humana desembocó en un saneamiento de la capa de ozono y una mejora de la calidad del aire y de las aguas. Sin embargo, la pandemia se alargó en el tiempo y se registró un más que preocupante incremento en la producción y consumo de material plástico, sobre todo de usar y tirar. Un aumento que se dio tanto en el uso hospitalario como en el uso doméstico.

Y es que, aunque todo el mundo es consciente de que la prioridad era combatir la pandemia y recuperarse de la debacle económica, no puede descuidarse el aspecto medioambiental, y según un estudio de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), solo en Europa se importaron durante el primer semestre de pandemia unas 170.000 toneladas adicionales de mascarillas, aproximadamente 0,75 unidades por persona y día, lo que provocó emisiones adicionales de gases de efecto invernadero, que son los responsables finales de la crisis climática.

Impacto medioambientales

Los impactos ambientales y climáticos del incremento del uso de mascarillas y guantes desechables durante la pandemia, al igual que los actuales test de antígenos, vienen dados por utilización masiva de recursos naturales, los procesos de fabricarlas, su transporte, y, al final de su vida útil, el manejo de desechos y la basura. Los impactos durante la etapa de producción aparecen principalmente en países exportadores fuera de Europa, mientras que los relacionados con los residuos y la basura surgen en Europa.

Y aunque la totalidad de países de la Unión Europea ha hecho recomendaciones para el correcto desecho de guantes y mascarillas, lo cierto es que éstos se encuentran en abundancia tanto en calles y parques como en bosques, ríos o en el mar, contaminando los parajes donde han sido vertidos y poniendo en peligro la fauna que en ellos habita.

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