Exteriores sin mascarilla, el principio del fin de las restricciones COVID
Desde el pasado jueves, en España ya no es obligatorio el uso de la mascarilla en exteriores, tal y como aprobó el Congreso. Y eso incluye, por ejemplo, los patios de los colegios, donde los niños podrán volver a jugar sin cubrirse nariz y boca. Un alivio sin duda, y un síntoma, esta vez parece que sí, de que se acerca la tan ansiada nueva normalidad. O al menos de que nos hallamos ante el principio del fin de las incómodas restricciones provocadas por el COVID, cuya sexta ola parece estar remitiendo.
Pero esta primera medida no significa que podamos deshacernos de las máscaras respiratorias, pues seguirá siendo de uso obligatorio en algunos lugares y situaciones, como en los casos en que, aun estando en un espacio al aire libre, se produzcan aglomeraciones en las que no se pueda garantizar el metro y medio de distancia interpersonal o en el caso de eventos multitudinarios como, por ejemplo, conciertos o competiciones deportivas.
También seguirá siendo obligatoria en los recintos cerrados, ya sean institucionales o comerciales. También en los cines, teatros o cualquier otro evento cultural que se lleve a cabo en salas cerradas. En bares y restaurantes se mantiene el uso de mascarillas en interior cuando no se esté consumiendo. Se mantiene igualmente para el uso del transporte público.
Europa
Estas iniciativas son la tónica general en toda Europa, aunque se estén aplicando a diferente ritmo. Así, Portugal, Andorra, Bélgica, Hungría o Polonia son países que ya llevan semanas sin la mascarilla en exteriores, e Italia eximió de su uso solo un día más tarde que en España.
Más allá han ido Dinamarca y Finlandia que el pasado día 1 de febrero decidieron eliminar directamente todas las restricciones impuestas para combatir los contagios por coronavirus, Según sus gobiernos, ya es hora de afrontar el virus como un agente infeccioso crónico, pero no como un “peligro” para su sanidad y sus habitantes pese a los altos niveles de incidencia que registran ambos países. Y es que la variante ómicron ha demostrado ser más contagiosa pero menos dañina que las anteriores, lo que parece indicar que la amenaza de la pandemia remite en Europa, o al menos se suaviza en cuanto a sus efectos.
En Alemania, en cambio, aún es obligatorio llevar mascarilla «en todos aquellos sitios donde la gente esté en contacto estrecho», y no será hasta el próximo 16 de febrero cuando Gobierno y autoridades regionales decidirán si relajan las medidas.
Por su parte, en el Reino Unido también se han retirado ya la mayoría de las restricciones obligatorias para minimizar los contagios, y en la actualidad las mascarillas han pasado a ser opcionales tanto en espacios interiores como exteriores y se ha dejado de exigir una prueba de vacunación o test negativo a la entrada de eventos multitudinarios.