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Decálogo del ahorrador para no gastar sin ton ni son

Siempre es buen momento para el ahorro, pero pasadas las fiestas navideñas y la cuesta de enero, conviene recordar algunos trucos que nos ayuden a contrarrestar los excesos en el gasto. Así que les ofrecemos un decálogo del ahorrador, elaborado con consejos de la plataforma Finanzas para todos.

Algunos de estos consejos pueden parecer obvios, pero si lo fueran realmente no tendríamos tantos problemas para llegar a fin de mes. Así que la primera recomendación es elaborar un presupuesto con tus gastos e ingresos poder eliminar todo lo que es superfluo. Incluye una partida para el fondo de emergencia, ese que has de tener en caso de un imprevisto.

En segundo lugar, es un buen hábito hacer del ahorro un gasto fijo. Por ejemplo, destinarle un 10% de nuestros ingresos, y separarlos siempre que cobremos. Además, y en tercer lugar, es fundamental controlar las deudas.  Evitar  meterte en una espiral de endeudamiento con pagos aplazados, préstamos personales o minicréditos.

El cuarto consejo es para prevenir gastos innecesarios. Es muy eficaz salir con el dinero justo, y evitar pagar con la tarjeta de crédito. Si ya lo hemos gastado, lo mejor es volver a casa.

La tecnología nos ofrece en bandeja el quinto consejo. Actualmente existen numerosas posibilidades para controlar tu ahorro de forma inmediata. Hay que aprovechar las ventajas que te ofrece la tecnología, entre ellas la posibilidad de acceder a tu presupuesto estés donde estés. Si usas aplicaciones para móvil o tableta, comprueba siempre que sean seguras.

Otro consejo, el sexto, que puede parecer de Perogrullo, pero que resulta básico si se aplica, es el de comparar. A la hora de llenar la cesta de la compra, compara importes en distintos establecimientos. Te supondrá algo más de tiempo pero a la larga, y prácticamente sin darte cuenta, hará que ahorres una cantidad considerable. Y de este modo, directamente relacionado, la séptima recomendación no es otra que evitar las prisas. La precipitación no es buena consejera. Y ya puestos, el octavo consejo no es otro que la anticipación. Pues igual que las prisas son malas, anticiparse es doblemente bueno para ahorrar. Si se compra antes de las fechas de consumo señaladas, los precios son mucho más bajos.

Y los dos últimos trucos. El noveno consiste en prorratear los gastos anuales. Solo para controlar y ver cuánto nos cuesta al mes. Por ejemplo, los seguros del coche o algunos impuestos. Dividimos el total entre doce y sabremos lo que cada mes conviene retirar si queremos pagar el total con comodidad cuando llegue el recibo. Y para acabar, el décimo, es aprovechar los cupones descuentos y las tarjetas ahorro que proliferan en los comercios que frecuentamos. No hay que comprar más, pero sí aprovechar las ofertas que nos supone haber comprado.

Y dicho estos, lógicamente recordar la obviedad. Controlar el gasto, sobre todo el energético, es la mejor manera de ahorrar. Y hay muchas, cada vez más, herramientas tecnológicas que nos ayudan a conseguirlo.

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