Cómo ahorrar en la compra del “súper”
El gasto en alimentación es inevitable, por supuesto, y uno de los más importantes de la economía doméstica, por lo que es fundamental tenerlo controlado y evitar que se dispare. Y para ello, la lógica es una magnífica ayuda, pues es la que nos dictará la conveniencia de ir al establecimiento más barato de cuantos tengamos a mano. Para ello nunca está de más darse una vuelta y comparar precios antes de habituarte y elegir tu supermercado.
Un consejo inicial es no dejarse influenciar, ya que los comercios suelen usar técnicas para inducir a la compra. A la altura de los ojos lo que les interesa a ellos, arriba o abajo, lo que te interesará a ti. Por eso es importante llevar una lista y un presupuesto cerrados desde casa. Incluso si eres consciente de que quieres darte un capricho, apúntalo en la lista, y no te salgas de ella.
Las marcas blancas tienen mala prensa, pero algunos supermercados ofrecen productos muy competitivos en calidad precio. Nunca está de más saber a qué te enfrentas, pues si la calidad es aceptable, la marca blanca supone un ahorro considerable. No hace falta comprarlo todo de esa marca, pero sí aquello que supere tus mínimos de exigencia.
Es lógico acabar fidelizándote a un comercio en concreto (consulta aquí los parámetros que influyen en nuestros hábitos), y una vez estemos convencidos es el momento de aprovechar las ofertas de sus cupones y tarjetas de cliente. Excepcionalmente no suponen grandes ahorros, pero con continuidad sí que resultan muy ventajosos.
Caro/barato
Los precios fluctúan y conviene seguir su evolución para no pagar más de lo que esperábamos. Por ejemplo, las promociones colocadas cerca de las cajas, que se ubican estratégicamente para aprovechar el aburrimiento del tiempo de espera en la cola, suelen ser productos que salen caros. Tampoco es un buen momento para comprar aquellas marcas que están haciendo grandes campañas publicitarias en televisión o en los medios en general. Esa publicidad se paga, y sale cara.
En cambio, comprar productos de temporada siempre es una buena idea. Para empezar es su época natural, y por lo tanto es cuando son mejores cualitativamente. Además cuesta menos cultivarlos (es su clima y su momento) y los hay en abundancia, lo cual también baja el precio. Resultado, son más baratos.
Si compras más de lo que necesitas, aunque sea muy barato sale caro, pues tendrás que tirar lo que sobre o regalarlo. Por eso debes estar seguro cuando optar por ofertas 2×1 y similares, o cuando compras a granel. Es una buena idea hacerlo para comprar solo lo que necesitas (a veces los envases o paquetes contienen demasiado para ti), pero puede ser una trampa comprar más porque es más barato y acabar echándolo a perder.
Trucos de compra a parte, siempre es una mala opción ir a un supermercado con hambre, pues todo te apetece y puedes perder la perspectiva. Y desde luego, ir con niños supone un riesgo innecesario. Lo mínimo será tener que castigarlos, y para evitar la guerra familiar, a menudo cederemos en alguno de sus caprichos. Sale caro.
Y eso sí, antes de dar por buena la factura, revisa el ticket a conciencia. Es habitual que se hayan cometido errores. Sobre todo en compras grandes. Y una vez en casa ya será tarde para demostrar lo que reclamas, ya sea porque faltaban o porque sobraban artículos.