El principio del fin del confinamiento: paseos infantiles, deporte individual y un plan de desescalada
El presidente del Gobierno explicó en comparecencia pública cuándo y cómo se empezará a aplicar el que han denominado finalmente “Plan para la Transición hacia una nueva normalidad”, y que popularmente todos conocemos como la desescalada. Un proceso que será gradual, asimétrico por comunidades y coordinado, y que se llevará a cabo en diferentes fases (4), aunque de momento no se han fijado fechas concretas y precisas.
El plan presentado por el Ejecutivo detalla qué se puede abrir en cada una de las cuatro fases y los cambios de cada una, que se iniciarán en dos semanas. Después, al finalizar cada una de las las fases, que podrían tener una duración aproximada de dos semanas cada una (entre seis y ocho semanas la duración total del plan), se tendrán en cuenta una serie de marcadores para pasar de una fase a otra y las decisiones se tomarán de manera coordinada entre el mando único del Gobierno y las comunidades autónomas.
Los marcadores, según especifica el texto, son la capacidad del sistema sanitario (aquí entra la atención primaria, las camas disponibles en las UCI o la situación en los hospitales), la situación epidemiológica del territorio y las medidas de protección de cada actividad.
Las cuatro fases
El 4 de mayo está previsto el inicio de la fase de preparación (0), aunque en realidad ya estemos en ella, dado que incluye la salida de menores acompañados autorizada el día 26 de abril, y también lo hará con la de los adultos a partir del 2 de mayo para realizar actividades deportivas al aire libre y de forma individual.
Pero también se incluyen novedades en esta fase inicial, como la reapertura económica en comercios que puedan atender con cita previa o los bares y restaurantes con servicio a domicilio. Por otro lado, también podrán reanudarse los entrenamientos de deportistas del ámbito profesional.
La fase inicial (1) llegará presumiblemente el 11 de mayo, y contempla la reactivación parcial del comercio, aunque con determinadas restricciones de seguridad. Las grandes superficies tendrán que esperar. En este sentido, el plan prevé establecer unos horarios preferentes para las personas más vulnerables, como por ejemplo los mayores de 65 años. También se procederá a la apertura de terrazas con una limitación de ocupación del 30%, así como los hoteles y alojamientos turísticos, excluyendo las zonas comunes. Los sectores agrario y pesquero podrán faenar con cierta normalidad, siempre con precauciones básicas.
Por otro lado, podrán abrirse los lugares de culto, limitando su aforo al 50%; se permitirán los velatorios, los centros deportivos de alto rendimiento, con seguridad reforzada y turnos de entrenamiento, y se permitirá el entrenamiento en ligas profesionales.
En la fase intermedia (2) se permitirá el acceso a locales interiores, aunque respetando las restricciones. Solo un tercio de su aforo y con barreras de seguridad. Los restaurantes y bares solo podrán servir mesas. Nunca en barra. Se abrirán también cines, museos y teatros, aunque con un aforo reducido a un tercio. Si los espectáculos o eventos son al aire libre no podrán congregar a más de 400 personas, y sentadas.
Además, se marcará el inicio del curso escolar en septiembre. Aunque antes del inicio de esta fase habrá centros abiertos para realizar las pruebas de la EBAU, para atender a menores de 6 años cuyos padres tengan que trabajar de forma presencial y garantizar las actividades de refuerzo.
En la última etapa, la avanzada (3), se intentará alcanzar la nueva normalidad. Se flexibilizará la movilidad general y se mantendrá la recomendación del uso de la mascarilla fuera del hogar y en el transporte. En cuanto al ámbito comercial, se limitará el aforo al 50% y se fijará una distancia mínima de dos metros. Mientras que en la restauración se suavizarán algo más las restricciones de aforo y ocupación, pero se mantendrán estrictas condiciones de separación entre el público.
Ni que decir tiene que en el transcurso de estas cuatro fases de regreso a la normalidad, así como en los paseos infantiles o durante las sesiones deportivas individuales autorizadas, deben seguir manteniéndose las normas básicas de seguridad, que se han difundido durante los últimos meses, y que incluyen la distancia social y la higiene personal como pilares básicos para evitar los contagios. Pese a la recesión de la infección, relajarse puede ser la peor y más peligrosa de las actitudes.