Pagar con el móvil: las tecnologías que lo hacen posible
El dinero en metálico es cada vez menos práctico. El plástico, en forma de tarjetas de débito y de crédito, hace tiempo que rivaliza en comodidad con el papel moneda a la hora de pagar. Y ahora las tecnologías nos permiten prescindir incluso de éstas, y pagar directamente desde el móvil. Veamos cuáles son esas posibilidades técnicas que nos permiten pagar con el teléfono sin necesidad de llevar dinero encima.
El Contactless es probablemente el más popular de los sistemas de pago desde el móvil. Fue uno de los primeros en implantarse. Es una tecnología que permite la comunicación mediante radiofrecuencia entre un chip y un lector. Nos permite realizar pagos con sólo acercar el chip de nuestro teléfono (también puede ser el de la tarjeta de crédito) a un datáfono o dispositivo lector del que disponga el comercio.
La tecnología NFC (Near field communication) es una evolución de la anterior, de la tecnología contactless, que basándose en el mismo estándar RFID de identificación de radio frecuencia, permite que la comunicación sea bidireccional y con capacidad de conexión en distancias de hasta 4 cm entre chips. Es decir, amplía las posibilidades de la tecnología contactless de modo que al abrir un canal bidireccional y de mayor capacidad, podremos compartir información o cerrar compras entre dos dispositivos NFC y en cualquiera de las dos direcciones.
Otra opción es la conocida como In App, que es cuando un comprador y vendedor cuentan con dispositivo móvil o un ordenador conectado a la red, que acepte y valide la operación. Existen varias formas de cerrar la transacción, siendo la más habitual la generación de un código de pago en el móvil, que el comercio escaneará para validar la operación.
Y por último el MPOS (Mobile point of sale), que permite operaciones donde el vendedor mediante un teléfono móvil o ipad provistos de un adaptador, y a través de una plataforma de pago, pueden realizar cargos directamente a la tarjeta del comprador.
A parte, lógica e inevitablemente, las tecnologías continúan su curso y su evolución, y se van inventando nuevos recursos y sistemas que se aplican experimentalmente con más o menos eficacia. Es el caso del Smile to pay, por ejemplo, que permitiría pagar con una sonrisa escaneada por un sistema de reconocimiento facial. El futuro ya está aquí y no dejará de sorprendernos.