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Subida y bajada de precios en el consumo esencial de 2018

Llega la temible cuesta de enero, suavizada en parte por las rebajas, pero no por ello menos dura. Y sobre todo si atendemos al anuncio de las muchas actualizaciones de precios al alza en sectores claves de la economía cotidiana como la electricidad, el gas o la telefonía móvil, entre otros. Veamos algunas de las subidas y bajadas de precios más relevantes que nos esperan a los consumidores en 2018.

Empecemos por gastos esenciales de cualquier hogar, como el de la luz o el gas. Según las estimaciones de diferentes organizaciones de consumidores, ya para este mes de enero se prevé una revisión al alza del precio del gas butano, que el pasado año ya experimentó un incremento por encima del 2%. Del mismo modo, es previsible un incremento superior al 6% en lo referente al gas natural, mientras que la luz, que ha cerrado 2017 con un incremento del 10%, dependerá de la evolución del mercado mayorista del que depende. Eso sí, el 41% del precio de la energía eléctrica, que corresponde a los impuestos, estará congelada en 2018.

En España existen cerca de 40 millones de líneas de contrato móvil. La evolución de su precio constituye un baremo clave en cualquier economía doméstica que se precie. Muchos de estos contratos van unidos a os de conexión a internet y televisión a la carta (plataformas de contenidos y demás). Y es precisamente en estos paquetes donde se notará la subida de tarifas, aunque no se incrementen las cuotas de línea ni el ADSL.

El consumo de productos y servicios esenciales se incrementarán en 2018

Euríbor a la baja

No todo son malas noticias. El Euríbor cerró en diciembre a -0’19%, lo que significa que a las personas que les toque revisión de su hipoteca variable en este inicio de año lo notarán en su recibo mensual. Quienes tengan un tipo de interés fijo seguirán pagando lo mismo.

Otra interesante reducción es la que se aplica desde el 1 de enero en las tasas aeroportuarias. Una rebaja de en torno al 2% anual durante los próximos cinco años. Esto debería repercutir en el bolsillo de los pasajeros, aunque hay un encendido debate entre el sector  y las organizaciones de consumo, pues estas sospechan que dicha rebaja podría acabar engrosando los márgenes de beneficio de las compañías, con lo que la reducción de tasas no llegaría a beneficiar nunca al usuario con una disminución de los precios de los billetes.

Y los sellos también se encarecen. O los envíos por correo, para ser más exactos. Un sistema cada vez menos usado, ya que internet ha sustituido en buena parte la correspondencia en papel y las grandes plataformas de mensajería han hecho lo propio con la paquetería. Pero aun así, el Consejo de Administración  de la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, decidió que en 2018 enviar una carta dentro del territorio nacional costará un 10% más. El precio pasa de 50 a 55 céntimos. Las misivas enviadas a destinos europeos tendrán un coste de 1’35€, mientras que antes costaban 1’25€.

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