Reciclaje creativo para ahorrar en vez de tirar: Bombillas
Pocas cosas acaban tan rápido en la papelera como una bombilla fundida. Y sí, está claro que los focos led les están restando protagonismo en el hogar, y pronto las harán desaparecer, pero mientras sigan iluminando nuestras casas, seguirán fundiéndose, y una vez que eso ocurra les proponemos una bonita y original opción decorativa para no deshacerse de ellas.
En esta tercera entrega de la serie Reciclaje creativo para ahorrar en vez de tirar, les proponemos usar las bombillas como recipientes ornamentales. Son muy delicadas, lo sabemos, pero también muy elegantes. De modo que, cortando el casquillo de rosca con un cortador de vidrio, nos queda algo así como un sinuoso jarrón, que conteniendo un poco de agua sirve para lucir bonitos ramos de flores pequeñas. Colocando varias bombillas-jarrón juntas sobre un recipiente, en cuya base hallamos puesto arena, tenemos un precioso centro de mesa.
Si en vez de cortar el casquillo, le practicamos un agujero, podremos hacer lo mismo introduciendo agua y los tallos de las flores en la ampolla de cristal; pero además, envolviendo el casquillo con cuerda, podremos colgarlas en jardines o terrazas (tal y como puede apreciarse en la foto).
Otra idea es convertir las bombillas en velas. Basta con respetar el casquillo, limitándose a vaciar la bombilla por un agujero perforado en el mismo. Después se llena la bombilla de alcohol y se introduce una mecha por el orificio. Así la bombilla funcionará igual que una antorcha de jardín, por ejemplo.
Y otra idea para acabar con las bombillas, aunque pueda haber muchísimas más. Es muy fácil y muy decorativo llenarlas de diferentes tipos de arena. Con diferentes texturas o incluso coloreadas. O con especias en polvo. Incluso con sopa de pasta maravilla, por ejemplo.
En la próxima entrega seremos más prácticos, pero hoy aún queremos ofrecerles otra idea puramente decorativa. La que pueden llevar a cabo para utilizar todos esos tornillos o clavos sobrantes de un trabajo de bricolaje, y que se van acumulando en el garaje o el taller, en cajas de herramientas donde se mezclan con otros de diferentes tamaños y formatos. Les sorprendería lo bonito y decorativo que resulta una figura de clavos en un salón. Basta con recortar en madera, por ejemplo, la inicial del nombre de su hijo y contornear con clavos todo el perímetro de la letra. A continuación rellenarla por completo con el resto de clavos. Muy juntos. Un denso tapiz de clavos o tornillos, que resulta muy decorativo.