La orina, nuevo recurso para obtener electricidad
El sistema se basa en el empleo de células eléctricas bacterianas, que se insertan en un mecanismo capaz de convertir en electricidad la energía química contenida en la urea de la orina animal y humana.
El proceso, obviamente, es algo complejo para neófitos en cuestiones químicas y físicas, de modo que desistiremos de pormenorizarlo en estas líneas, pero si hay que explicar algunas de sus muchas y fundamentales ventajas. En primer lugar, desde luego, el ahorro. Trabajar con material de desecho como combustible abarata considerablemente cualquier proceso.
De hecho, en este sentido hay que tener en cuenta que la orina es un recurso abundante e inagotable por definición. Una persona produce entre 800 y 2.000 mililitros al día. Si multiplicamos esto por los 7.000 millones de habitantes del planeta, obtenemos 14.000 millones de mililitros diarios de esta sustancia, que derrochamos sin saber su potencial valor como combustible.
Claro que las cifras podrían resultar engañosas. ¿Es mucha la energía que puede extraerse de esas cantidades de orina? Pues parecer ser que sí, puese de cada una de esas células eléctricas bacterianas pueden obtenerse hasta 2 vatios de potencia eléctrica por metro cúbico, lo que supone energía suficiente para alimentar un teléfono móvil, por ejemplo.
Y además hay otra ventaja, ya que según parece, durante el proceso de transformación se divide la orina en agua, nitrógeno y dióxido de carbono, por lo que el agua obtenida podría reutilizarse. Algo que también resultaría muy valioso en algunas zonas especialmente afectadas por la escasez hídrica.
De hecho, según fuentes de la universidad escocesa donde se ha desarrollado el prototipo de generador que permite generar esta energía, este sistema podría aprovecharse para producir electricidad en submarinos, por ejemplo, en poblados aislados en medio del desierto o en islas con pocos recursos hídricos. Y también, por supuesto, en asentamientos sin infraestructuras básicas como son los campos de refugiados.