Lecciones básicas para invertir en bolsa
La bolsa es un mercado de inversiones abierto a todo el mundo. Cualquiera puede comprar o vender acciones. Pero conviene saber hacerlo para no exponerse demasiado económicamente, pues puede ser un mercado muy volátil. Por ello aquí les proponemos algunas lecciones básicas para invertir en bolsa.
Asesoramiento profesional
Antes de aventurarse en el mercado bursátil y atreverse a invertir, e incluso antes de atender a nuestros consejos, lo más conveniente es siempre dejarse asesorar por un profesional financiero o por el gestor que habitualmente supervisa nuestra economía. Y de hecho, una vez que se hayan informado e interiorizado algunos de los conceptos financieros, y hasta cuando se hayan familiarizado con la mecánica inversora del mercado bursátil, sigue siendo una medida prudente invertir de la mano de un profesional financiero de confianza.
Dicho esto, se puede invertir a corto, medio y/o largo plazo, pero ¿cuáles son las ventajas e inconvenientes si invertimos nuestro dinero en cada plazo?, ¿cómo escogemos la compañía o el producto para invertir?, ¿cómo y cuándo vender nuestras acciones? Entremos en materia con algunas lecciones básicas para invertir en bolsa.
Lecciones básicas para invertir en bolsa
La primera lección es no invertir dinero que vayamos a necesitar a corto plazo. Debe ser dinero ahorrado que no tengamos comprometido para cubrir nuestros gastos. Hay que tener presente que si las acciones bajan y necesitamos el dinero, solo recogeremos pérdidas. Cuando baja el precio de nuestras acciones hay que esperar a que suban para obtener beneficios o recuperar nuestro capital.
Antes de invertir, hay que informarse con rigor sobre las cifras de la compañía elegida. Saber a qué se dedica, cuál es la coyuntura económica del sector al que pertenece, cuál es la facturación de la compañía, cuáles las tendencias del mercado e incluso la situación de la competencia. Toda esta información permite tomar decisiones argumentadas. Se puede optar por invertir en compañías muy sólidas que presentan menos riesgo o apostar por empresas menos conocidas, que pueden convertirse en una inversión interesante a largo plazo.
Una vez hemos reunido toda la información necesaria sabremos qué hacer, y en ese momento puede descartarse la compra de acciones o, por el contrario, invertir a corto, medio o largo plazo. Diversos estudios demuestran que la inversión por encima de diez años es el activo más rentable, siempre que las empresas crezcan. Por tanto, hay que aprender a ser paciente.
Los rumores son un riesgo continuo. La información bursátil es muy fluctuante y hay que saber interpretarla. Hay que ser prudente. Hay que saber interpretar y contrastar las informaciones financieras. Y saber utilizarlas en favor de nuestros intereses comprando o vendiendo acciones en los momentos favorables.
Por último, hay que conocer la fiscalidad de la transmisión de acciones. Siempre se debe declarar el patrimonio de la venta de los títulos a Hacienda, tanto si se traducen en ganancias como en pérdidas.