Venta online de artículos de segunda mano
Por supuesto, la compra y venta de artículos de segunda mano se lleva dando en nuestras calles desde hace mucho tiempo, y son numerosas las tiendas, franquicias y cadenas que realizan este tipo de servicios al consumidor. En estos casos, tanto para el vendedor como para el comprador, se aplica la legislación de consumo vigente, al ser una de las partes (la tienda) una persona jurídica.
Y en este sentido, es conveniente recordar algunos aspectos importantes tanto si vamos a vender como a comprar.
Si lo que deseamos es desprendernos de algún producto, lo primero es tener clara la decisión de venta. Si no estamos muy seguros de querer desprendernos para siempre de algo, es conveniente acudir a una tienda que permita la recompra por el mismo precio siempre que se haga en un determinado periodo de tiempo. De este modo, en determinados establecimientos (físicos y online) podremos vender un producto al comerciante y disponer de un plazo (24 horas, 48 horas, una semana…) para recomprarlo, durante el cual el comprador no lo pondrá nuevamente a la venta a disposición de terceros.
Este plazo no es una obligación para el comerciante y, en caso de existir se regirá por las condiciones que ambas partes hayan aceptado, por lo que resulta especialmente importante tener guardadas las mismas en caso de que se realice la venta online.
Habitualmente las tiendas de compra online (en las que una empresa compra a particulares) suelen estar muy especializadas en determinados artículos (tecnología, coleccionismo…) y cuentan con condiciones muy claras y precios tasados y específicos, pero en cualquier caso, como vendedores deberemos comprobar previamente tanto el precio a recibir como quién se hará cargo de los costes de transporte, devolución (en su caso), los plazos de recogida y pago, etc.
Si somos compradores, el producto que adquiramos tendrá un año de garantía durante el cual podremos acudir tanto al vendedor (la tienda) como al fabricante y solicitar, en caso de avería, mal funcionamiento o desperfectos, tanto la reparación del producto, como una rebaja o la resolución de la compra.
Eso sí, no se permite exigir la entrega de otro producto como sustitución, algo que si se permite en los productos nuevos, pero que por lógica no es aplicable a los de segunda mano.
Ante cualquier imprevisto de este tipo, será necesario presentar la factura o el ticket de la compra del producto de segunda mano, por lo que resulta vital que tengamos copia de la misma, bien mediante su impresión desde la web o bien solicitando que se nos envíe junto con el producto.
Al comprador se le aplicarán (como mínimo) los mismos términos de garantía, devolución, etc. que a una tienda física, así como las condiciones especiales que mantenga la web (para conceptos como el transporte, por ejemplo) y las obligaciones de información o protección de datos que aplican a todas las websites de comercio electrónico y de las que ya hemos hablado en este mismo blog en otras ocasiones.
Pero hay otra opción que cada vez está ganando más adeptos dentro de nuestras fronteras (y que ya era una realidad desde hace años en algunos puntos fuera de ellas, como EE.UU.): la compraventa online de segunda mano entre particulares, que trataremos más en detalle en el próximo post.