Vacunarse es bueno para la salud y la economía
De hecho, según la Asociación Española de Vacunología, que a su vez cita a una investigación de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, las vacunas ahorran más de 40 euros por cada euro gastado en ellas.
Así que vacunarse es la mejor opción frente a la amenaza vírica, porque nos protegen frente a algunos virus y bacterias que causan enfermedades graves e incluso, en algunos casos, potencialmente mortales. Activan nuestras defensas y nos ayudan a defendernos de los microorganismos. Por lo tanto las vacunas salvan vidas, ya que no solo hablamos de la gripe, sino también de la polio, el tétanos, la meningitis, la difteria, la tosferina, etc.
Las vacunas no solo ayudan a controlar las enfermedades, sino que pueden llegar a eliminarlas. Así ocurrió con la viruela, por ejemplo, que fue erradicada en 1978 y ya no existe.
Además, está demostrado que algunas vacunas ayudan a prevenir enfermedades como el cáncer u otras degenerativas. La de la Hepatitis B, por ejemplo, previene la cirrosis y el cáncer de hígado, y la vacuna del papiloma, el cáncer de cuello de útero. La del sarampión, por su parte, previene enfermedades neurodegenerativas.
No es solo cosa de niños
Como decíamos al inicio, la vacunación no es solo cosa de niños. Se debe vacunar a cualquier edad: infancia, adolescencia y también a los adultos. Tanto a población sana a lo largo de la vida como a personas que por su situación de salud pueden tener más riesgos. Y además las ya mencionadas situaciones de riesgo, que incluirían los viajes a lugares exóticos donde nuestros organismos están más expuestos.
Con la vacunación no solo nos protegemos a nosotros mismos. Es una medida solidaria, ya que protegemos a quienes nos rodean de posibles contagios. Algo que también repercute en la economía general, que gasta más cuantas más personas enferman.
Aunque hay falsos mitos sobre las vacunas, lo cierto es que son muy seguras y efectivas, y los efectos secundarios son mínimos y leves. De hecho, existen muy pocas contraindicaciones reales para las vacunas. Y tanto es así, que el Sistema Nacional de Salud las considera un derecho básico para los niños, por lo que la mayoría de vacunas infantiles se distribuyen gratuitamente.