Reciclar medicamentos para fomentar el ahorro energético y proteger el medioambiente
SIGRE Medicamento y Medio Ambiente es una entidad sin ánimo de lucro creada para garantizar la correcta gestión medioambiental de los envases y restos de medicamentos de origen doméstico. Su puesta en marcha en 2001 fue promovida por los laboratorios farmacéuticos y cuenta con la participación activa de las oficinas de farmacia y de las empresas de distribución farmacéutica. En la actualidad, más de 21.400 farmacias disponen de un Punto SIGRE en España, distribuidas en todas las provincias del país.
Al depositarse los fármacos en un punto Sigre se garantiza que estos residuos reciben un correcto tratamiento medioambiental, evitando así que puedan dañar el entorno.
Pero no es este el único beneficio de utilizar estos apropiados canales de reciclaje, pues también hay unas consecuencias económicas muy positivas desde el punto de vista energético. Concretamente, se calcula que en los más de diez años de actividad que lleva esta entidad, el reciclaje de los prospectos de papel de los medicamentos y del cartón de los envases ha significado un ahorro de energía de 126 millones de KW/h. Una cifra que equivale a la energía que consumen 38.800 hogares españoles en un año. Y además, al no acabar en un vertedero y por tanto no ser finalmente sometidos a un proceso de incineración, se ha evitado la emisión de 42.000 toneladas de CO2 a la atmósfera con los perjuicios que ello acarrea.
Además, este sistema de recogida y reciclaje contribuye notoriamente a la consecución del desarrollo sostenible, disminuye el volumen de residuos municipales y genera empleo.
Por otra parte, y casi como beneficios colaterales de la actividad, la recogida y el reciclaje de medicamentos en puntos SIGRE permite la recuperación de parte de la energía contenida en los residuos urbanos para generar calor y/o energía eléctrica; lo cual, además, propicia un ahorro proporcional en el consumo de combustibles fósiles (petróleo, Carbón, gas natural y gas licuado).
A todo esto habrá que sumarle que, lógicamente, disminuye la necesidad de suelo para vertederos, reduciéndose así el impacto ambiental.