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Rebajas descafeinadas para una cuesta de enero que ya no es lo que era

Mucho ha cambiado el comercio en los últimos años. La crisis dejó su huella, desde luego, pero los nuevos canales de venta online, la liberalización de los calendarios de rebajas, las ofertas diversas a lo largo de toda la temporada como el Black Friday o el Ciber Monday, y otras circunstancias y actualizaciones del mercado, han hecho que las rebajas de enero – y tampoco las de verano- ya no son lo que eran, aunque la cuesta de enero sigue siendo muy dura para el bolsillo del consumidor.

Las nuevas modalidades de consumo les restan protagonismo

Las rebajas siguen siendo un periodo importante para los comerciantes, pero ahora sirven para rematar la temporada y, tal vez, para redondear los números globales del ejercicio que se acaba. No como antes, que suponían un importante porcentaje en la facturación anual, que incluso salvaba la temporada a más de un negocio. Para la historia quedaron aquellas avalanchas de gente entrando día 7 de enero en los grandes centros comerciales a la caza del chollo.

Una práctica casi tradicional que persiste, pero a unos niveles muy inferiores que hace una o dos décadas. Los consumidores salen en busca de ofertas, y sin duda las consiguen, pero pese a los descuentos nunca son los chollos de antaño, pues los artículos rebajados pueden encontrarse hoy a lo largo de todo el año.

Antes de la liberalización de los calendarios de rebajas, este período de ofertas concentraba más del 40% de la facturación anual del sector. Ahora no llegan al 20%, según datos de las patronales.

Gasto medio

Unos porcentajes que hacen referencia al sector textil de moda y complementos, que sigue siendo el más demandado en rebajas. En las de enero de 2020 se calcula que los españoles gastarán en artículos de este sector una media de unos 124€. Una cifra que supondrá un incremento de un 3% aproximadamente respecto al consumo del pasado año.

La duración de las rebajas de enero suele ser de unos dos meses a partir de día 7, aunque en realidad depende de cada Comunidad Autónoma.

En cualquier caso, si con todo está usted dispuesto a irse de rebajas, tenga en cuenta que nunca es una buena idea comprar por impulsos y sin planificación. Es la mejor manera de que lo barato salga caro. Piense que aunque sea un chollo, si es algo que no necesitaba, le ha salido caro por barato que sea. Se ha dejado seducir por un precio bajo que no necesitaba gastar.

Lo mejor, lo más sensato, es salir de casa con una lista y un presupuesto en el bolsillo y ceñirse a ambos papeles.

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