¿Pueden los bancos limitar el horario de pago de recibos?

Cada vez es más habitual entrar en un banco y descubrir que la caja está cerrada, o que el horario para satisfacer el pago de según qué recibos ya ha expirado y no podemos efectuarlo pese a estar en la oficina. Una estrategia evidente de los bancos para fomentar el uso de las herramientas online, que ayudan a descongestionar el servicio presencial a los clientes. Algo que los bancos pueden hacer, pues no existe ninguna norma legal que fije un determinado horario como obligatorio para realizar la gestión de los pagos no domiciliados.

Además, también los cajeros automáticos ofrecen muchos de los servicios que algunos clientes prefieren realizar físicamente en la oficina.

Por lo tanto la respuesta a la pregunta del titular es que sí, que los bancos pueden limitar los horarios para el pago de recibos, aunque con la obligación de colocar en las oficinas carteles informativos sobre este tipo de horarios de atención al público.

Otros pagos: tasas, impuestos y multas

Otra cosa es cuando se trata de pagar alguna tasa, impuesto o multa. En estos casos, las entidades bancarias actúan como colaboradoras de determinados organismos públicos (ayuntamientos, universidades, Seguridad Social, etc.) y por ello no se considera admisible limitar el servicio al horario establecido para el pago de recibos no domiciliados. Lo que ocurre es que si el banco tiene un horario de caja, habrá que ceñirse a éste, o de lo contrario el resto de empleados nos remitirá al cajero automático.

En cualquier caso, las entidades tienen que cumplir con las condiciones establecidas en el convenio de colaboración suscrito con esos organismos, así como en la normativa sectorial aplicable.

De todos modos, lo más recomendable es adaptarse a los nuevos tiempos tecnológicos e informarse previamente de los medios disponibles para realizar el pago, ya sea en las webs del organismo o de la entidad, ya que efectuarlos en el cajero o por internet nos evitará las colas en la oficina. Y lo cierto es que las entidades, sabedoras de sus obligaciones, y comprometidas con sus clientes, lo ponen fácil a través de sus aplicaciones móviles y sus páginas web.