Llega en 2021 el fin comercial de los plásticos de un solo uso
Hace un par de años se hizo pública la iniciativa de la Unión Europea de prohibir la venta de artículos de plástico de usar y tirar como pajitas, bastoncillos, cubiertos o platos de plásticos, entre otros, para luchar contra la contaminación. Es decir, los plásticos de un solo uso, que a menudo no se reciclan cuando se desechan y suponen un grave problema para la sostenibilidad medioambiental. Y ese momento ha llegado, ya que el año 2021 fue la fecha propuesta para erradicar esta fuente contaminante.
La actual situación de pandemia, que se extendió a lo largo de todo el 2020, ha hecho que algunas comunidades autónomas hayan sido más laxas a la hora de poner en práctica la normativa europea, y han prorrogado su entrada en vigor. Una decisión tomada en deferencia a los empresarios de hostelería o a sus proveedores, que tienen mucho stock de material de plástico que no han podido vender a causa del confinamiento y cierre de los comercios turísticos.
Islas Baleares
No obstante, Baleares ha mantenido su condición de pionera y ha sido la primera en poner en práctica la prohibición. De hecho, en su momento la Comunidad Autónoma Balear ya anunció que en las islas se prohibirían los plásticos de un solo uso en 2020. Un año antes que en el resto de los países de la Unión Europea y de las comunidades autónomas españolas. De modo que, tras el parón obligado por el confinamiento en 2020, las autoridades insulares han considerado que ya se ha cumplido con el aplazamiento de fuerza mayor, y han impuesto la prohibición desde el pasado mes de mayo.
Todos los productos que habitualmente estaban fabricados en plástico, ahora deben comercializarse hechos con materiales reciclables.
En la actualidad se producen al año unos 300 millones de toneladas de plástico y solo se recicla correctamente entre el 10 y el 13%. Además, la producción de plástico, en general, consume muchos recursos valiosos, por lo que es mejor reutilizar el plástico de manera más efectiva o no utilizarlo en absoluto.
Esta tendencia empezó a aplicarse en 2018 con la limitación de las bolsas de plástico en los comercios, y la exigencia de cobrar aquellas que se entregasen o de repartirlas de papel o materiales reciclados.