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El doble perfil del consumidor en verano

El verano cambia nuestros hábitos de vida. Las vacaciones, la jornada intensiva, el calor, las rebajas… demasiadas alteraciones para nuestros biorritmos físicos y como consumidores. Todos los veranos, en Domestica tu Economía, ponemos en el foco en cómo gestionar los gastos en vacaciones. Aunque quizá no nos hemos parado a analizar cómo nos afecta esa transformación de la mentalidad del consumidor en verano.

Lo primero que tenemos que analizar es el escenario ante el que nos encontramos. Las vacaciones han cambiado. Ya no son como antes, cuando salíamos todo un mes camino de la playa o la montaña. Muchos españoles, por las causas que sean, salen de vacaciones una o dos semanas solamente. El presupuesto no da para más. Algunos, por haber encontrado trabajo recientemente, otros por falta de presupuesto. Es cierto que los precios de los viajes se han rebajado desde las vacaciones pasadas. Una buena noticia para los consumidores en verano, pero no lo suficiente.

Sólo un 8% de los españoles disfrutará de unas vacaciones este año de casi un mes entero, según el estudio de Tendencias de Viaje 2017 de eDreams. El resto, de forma escalonada, tendrá unas vacaciones más cortas. Curiosamente, cerca del 40% sólo disfrutará, como mucho, de una semana:

En verano somos más caprichosos con nuestro consumo

Encauzar unas vacaciones de una semana fuera de casa cuando nos encontramos con un calendario de casi cuatro semanas de asueto laboral no es un asunto fácil si lo tenemos que concentrar en un mes (agosto/julio, tradicionalmente). Máxime si se modifican nuestros hábitos de consumo. La metamorfosis del perfil del consumidor en verano se ha estudiado hasta la saciedad por los departamentos de análisis y de marketing de las grandes compañías.

De una forma general, la mayoría de los estudios afirman que el consumidor en verano se comporta de forma más ociosa y actúa de forma más racional en invierno. Muchas investigaciones concluyen que la temperatura, la humedad, la presión del aire, la caída de nieve y la luz solar, pueden impactar en el marco mental del consumidor y, consiguientemente, en su gasto. Buscar restaurante, tomar aperitivo, encender el aire acondicionado… son los capítulos que más engordarán nuestro presupuesto de gasto. Pero, no los únicos.

A la hora de presupuestar unas vacaciones reducidas, llamémoslas así, lo realmente importante es no pagar por una semana lo que hubiéramos pagado, con un presupuesto más sopesado, por una estancia de más tiempo. El tiempo es limitado, no da más de sí. Hinchar nuestro calendario de vacaciones de actividades para aprovechar el viaje puede no ser bueno para nuestro descanso y para nuestras finanzas personales. A parte de sufragar “una semana fantástica” tendremos que sobrevivir en nuestra casa o en la de nuestros familiares los días en los que no hemos contratado un paquete vacacional. Además, recordemos que después del verano llega la cuesta de septiembre, la vuelta al cole y otros gastos para los que tendremos que tener respaldo en nuestra cuenta corriente.

Este año más gasto para el consumidor en verano

El gasto medio mensual de los consumidores se incrementará en 270 euros en actividades lúdicas y 165 euros en los gastos destinados a bares y restaurantes, según un informe de Tiendeo, portal especializado en catálogos y ofertas online. En general, todos los estudios revelan un aumento del presupuesto vacacional de los españoles desde los tiempos de la crisis. Según el Observatorio de Cetelem, el gasto previsto es de 1.249 euros (un 12,5% más que en las intenciones manifestadas en 2016 y un 28% más que en las de 2015). Desglosando, perfiles del consumidor en verano, nos encontramos con que:

  • El 24% tiene previsto realizar un gasto de alrededor de los 3.406€.
  • El 28% tiene previsto un gasto inferior a los 300€.
  • Para el 26%, la intención de gasto oscila entre los 600€ y los 1.500€, en concreto una media de 1.089€

Son mejores previsiones de gasto que las de años antes. Incluso, algún medio de comunicación ha concluido, a la vista de los resultados de los informes, que “los españoles vuelven a salir de vacaciones”. Pero como podemos observar, no todos vamos a destinar a nuestras vacaciones la misma cantidad. Para aquellos a los que todavía no les cuadra el presupuesto, no dejarse llevar por esa transmutación que hemos descrito en los hábitos de consumo es un buen consejo de finanzas personales.

Costumbres como llevar “souvernirs” a la familia y amigos o pasarse por las rebajas antes de salir de veraneo deben estas tasadas en nuestro presupuesto familiar de vacaciones. Otro buen consejo para sujetar el gasto es no realizar demasiadas compras con tarjeta de crédito. Si vamos a tener que financiar las vacaciones, lo mejor es estudiar la mejor opción financiera y cerrar un calendario de devolución del préstamo asequible con nuestro perfil responsable de consumidor en verano.

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