Día Mundial contra el Trabajo Infantil, con el objetivo de su erradicación
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzó el Día Mundial contra el Trabajo Infantil en 2002. Una jornada en que cada año se unen los esfuerzos de gobiernos, organizaciones de empleadores y de trabajadores, representantes de la sociedad civil, medios de comunicación y muchos otros actores en el nivel local, como escuelas y gobiernos locales, en la campaña contra el trabajo infantil.
Una proporción importante de los millones de niños víctimas del trabajo infantil viven en zonas afectadas por conflictos bélicos y catástrofes naturales, que tienen un impacto devastador en la vida de las personas: matan, mutilan y lesionan a las personas y los obligan a huir de sus hogares, destruyen sus medios de subsistencia, los hacen caer en la pobreza y el hambre, y los atrapan en situaciones en las que sus derechos humanos fundamentales son violados. Y los niños suelen ser la parte más débil de la cadena en estas circunstancias. Las primeras víctimas del drama y la precariedad. Por este motivo, este año, el Día Mundial contra el Trabajo Infantil se centrará en el impacto de los conflictos y las catástrofes en el trabajo infantil.
Es esta una asignatura pendiente de la humanidad. Pero aún queda mucho trabajo para aprobarla, aunque sea una de las prioridades de las ODS: Objetivos de Desarrollo Sostenible, dictados en el seno de las Naciones Unidas, y en cuyas metas se encuentra: “asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, a más tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas».