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Cómo utilizar las tarjetas con corrección y seguridad

El dinero en metálico se usa cada vez menos y eso tiene ventajas e inconvenientes, pues implica el uso de las tarjetas de crédito y de débito y eso conlleva unos riesgos económicos y de seguridad si no se lleva un control adecuado. Veamos cómo usar nuestras tarjetas de forma correcta y segura.

El uso de las tarjetas implica el gasto de dinero y hay que ser consciente de ello, aunque no manejemos moneda. De lo contrario, usar las tarjetas nos saldrá caro.

Consejos para usar las tarjetas con corrección y seguridad

Todas las tarjetas que nos ofrece una entidad bancaria tienen un coste. Hay que comparar las ofertas, pues no todas tienen las mismas características, gastos y beneficios. No tengas más de las que vas a utilizar, pues todas tienen un coste. Y repasa los servicios extra que cada tarjeta puede ofrecer, tales como seguros de accidentes o asistencias en el extranjero, pues pueden suponer un coste adicional en tu recibo.

Pagar en fecha las cuotas de las tarjetas es muy importante, pues los intereses por impago son altos. Más que los de cualquier otro crédito. Y descartar la posibilidad de pagar con una tarjeta de crédito la deuda de otra, pues aunque pudiera parecer una solución, en realidad solo acrecentará la deuda. La tarjeta de crédito nunca debe considerarse como un dinero extra.

Mejor pagar que deber

El uso de las tarjetas de crédito debe limitarse a los gastos de urgencia, grandes compras y siempre dentro de un presupuesto que hayas marcado de antemano. Para pagar compras diarias es mejor con la de débito o en metálico, pues la de crédito implica pagar más por el mismo producto a causa de los intereses. Si se puede pagar en el acto es mejor que aplazar el pago.

Un uso responsable exige guardar todos los recibos o comprobantes de las compras que realices. Es una forma de tener un documento físico de tus gastos. Repasar las operaciones permite detectar y corregir posibles errores. Hay un plazo de 90 días a partir de la fecha de reporte para presentar alegaciones.

Conviene llevar siempre encima el número del banco (atención al cliente) para poder llamar de inmediato en caso de robo o extravío de las tarjetas. Y nunca llevar junto a la tarjeta (en la misma cartera o bolso) el número pin que permite su uso. Ese código de activación tampoco debe ser lógico o fácil, pues eso facilitaría el uso de nuestra tarjeta por parte de terceros. Es decir, que no sea nuestro cumpleaños, nuestro aniversario ni combinaciones tipo 1111 o 1234, por ejemplo.

 

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