Cómo pasar el salario bruto a neto
La ley marca que cualquier trabajador que esté cotizando en el régimen general verá aplicado sobre su salario bruto una serie de descuentos que condicionarán sus emolumentos netos. Impuestos que debe pagar el trabajador y que la propia empresa se encarga de ingresar a su nombre en las arcas públicas para simplificar las tareas administrativas de los trabajadores, que de este modo ya cumplen anticipadamente con parte de sus obligaciones fiscales.
Dos son los descuentos fundamentales que se aplican sobre una nómina: el destinado a pagar la Seguridad Social del trabajador y otro para pagar el impuesto sobre la renta (IRPF), para lo cual se utiliza el modelo 145 de la Agencia Tributaria. Además, la misma administración habilita un programa de cálculo que permite fijar el porcentaje de retención a aplicar a cada trabajador, ya que este dependerá no solo de las circunstancias personales del empleado (tener un hijo, por ejemplo, cambia el cálculo de forma considerable), sino también la remuneración que percibe e incluso el tipo de contrato que tiene. Con este mismo programa, el trabajador puede comprobar que la empresa esté aplicando la retención correctamente e incluso solicitar por escrito a la empresa que aplique un porcentaje mayor si lo desea.
Cada trabajador paga a través de las retenciones de su nómina un porcentaje a la Seguridad Social, el cual se destina a varios apartados dentro del sostén de las finanzas públicas. Una parte se dedica a las contingencias comunes, y fundamentalmente afecta al pago de pensiones y otras prestaciones dentro de la Seguridad Social. Otro de los destinos de la cotización son los accidentes de trabajo y la enfermedad profesional. Hay también un porcentaje para el desempleo, que garantizará la prestación del paro a quienes tengan derecho a ella. Y finalmente, las cantidades destinadas a los programas formativos y al reciclaje de los trabajadores.
Los descuentos de cada nómina se calculan en función de la base de cotización que tenga cada trabajador; y dichas bases están fijadas por las categorías profesionales en los convenios colectivos de cada sector y acotadas por un mínimo y un máximo.
En lo referente a las retenciones aplicadas en concepto de IRPF, hay que señalar que el objetivo de Hacienda, que es quién regula estas retenciones, es conseguir que la declaración de la renta que presentan los trabajadores al año siguiente sea negativa. Es decir, que las retenciones mensuales iguales o superen los pagos que el trabajador debería hacer al final del ejercicio fiscal y, de este modo, al presentar su declaración de Hacienda, la cuantía resultante de la autoliquidación sea a devolver.