Cómo ir al cine más barato
Durante años el cine era la opción barata para las noches de ocio. El teatro, los conciertos o una velada con cena y copas salían mucho más caras que ir a ver una película. Pero en los últimos tiempos, coincidiendo con las estrecheces económicas de la recesión, los precios han ido subiendo – hoy están en torno a los 8€ – y, según cuales sean nuestros hábitos y caprichos, las entradas del cine casi se han equiparado con las del resto de la oferta si contabilizamos el que suele considerarse como el pack completo. Y es que a nuestro ticket suelen ir asociadas las palomitas, las chuches, las bebidas y, en algunos casos, hasta los nachos calientes con salsa de queso.
Y el precio también varía, a alza, si la proyección es en 3D, en butacas vibradoras, en salas vip con consumición o vaya usted a saber cuantos extras más. Opciones todas ellas mucho más caras que la entrada simple de toda la vida que, además, puede ver reducido su precio ostensiblemente si se aprovechan las ofertas que la práctica totalidad de cines comercializa semanalmente en nuestro país. De modo que si ir al cine te sale caro es porque quieres. Aquí te damos algunas ideas para que no sea así.
Consejos para abaratar el cine
Para empezar, a excepción de filmes muy concretos y excepcionalmente diseñados para ello, la aportación de las tres dimensiones a los contenidos de una película suelen ser más un recurso promocional que artístico. Pocos son los que necesitan el sistema tridimensional para mostrar la totalidad de sus virtudes formales, estéticas y narrativas, y al final el resultado es que nos cobran un par de euros más por la entrada y la diferencia no los vale. Verlas en el sistema bidimensional de toda la vida es la opción más barata y suele ser también la versión más adecuada para disfrutar de la película. Sin esas gafas incómodas que, además, oscurecen la imagen.
Hay infinidad de promociones comerciales para obtener entradas a coste reducido. Los días del espectador, por ejemplo, que según la ciudad es el lunes o el miércoles. Además, hay cadenas de exhibición que han implantado los bonos low cost, que se aplican a según que horas y a algunos títulos concretos, por lo general los considerados de autor o de arte y ensayo (no comerciales, en pocas palabras). También existen los bono-cine, que consisten en comprar paquetes de cinco o diez pases a consumir en un mes (la caducidad puede variar según la oferta), y que ofrecen un precio global ventajoso frente a la compra unitaria.
Los horarios matinales, en aquellos cines que los programan los sábados, domingos y festivos, también se proyectan las películas a precios reducidos.
Otra manera de abaratar precios es aprovechar las diferentes ediciones de la Fiesta del cine, que impulsan las mismas compañías exhibidoras y que ofrecen en centenares de salas de toda España entradas a 2’90€ durante los días que dura la promoción. Por lo general entre tres o cuatro jornadas. Conviene estar atento a las fechas de convocatoria, pues hay que darse de alta online para acceder a los boletos reducidos, y la demanda es enorme. La última fue el pasado mes de mayo.
Y para acabar, un consejo más. Las golosinas, las bebidas o cualquier otra consumición son mucho más baratas fuera del recinto de los cines. Si te lo traes en el bolso ahorrarás una cantidad considerable, aunque conviene ser discreto en este punto.