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Con frecuencia, me preguntan acerca de buenas inversiones en bolsa o sobre algún producto financiero que algún amigo tiene contratado… Principalmente, sobre fondos de inversión y cómo se podría obtener algo más de rentabilidad financiera. Mis respuestas, con el tiempo se han vuelto cada vez más cautas y, cada día con más frecuencia, suelo aconsejar ponerse en manos de un buen asesor financiero.

La crisis, y algunas malas experiencias, han agudizado en los ahorradores de a pie la sensibilidad a recibir asesoramiento financiero, un asesoramiento responsable. Ya vimos en otro post anterior de este blog las consecuencias de fiarse de personas no aptas para esta labor. Sin embargo, encontrar un asesor financiero idóneo no es una labor fácil. Primero porque es un actividad que en España es incipiente. Es decir que no hay muchos, como sucede en Reino Unido, por ejemplo.

Mi compañero de viaje en este proyecto de Crédito Responsable, Sebastián Puig, puede atestiguarlo sin duda, ya que su carrera profesional ha discurrido en este campo y, precisamente, en la meca europea de las finanzas: las islas británicas, donde el 80% de los ahorradores gestiona sus ahorros ayudados por uno o varios asesores financieros.  No obstante, pese a la gran brecha que existe en este campo entre ese país y el nuestro, en España ya se puede contar con la experiencia de buenos profesionales, aunque hay que seguir unas pequeñas precauciones para no tener malas experiencias. Sin ellas, no se puede tener una cierta garantía de que la persona a la que vamos a confiar nuestros ahorros tiene una mínima autoridad para indicarnos dónde invertir nuestro modesto capital.

Primera cualidad: ser asesor financiero independiente

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que desde hace unos dos años esta actividad se ha regulado y para ejercerla es necesario estar inscrito como EAFI en el registro de la CNMV. No es conveniente, pues fiarse del primer asesor que conocemos y conviene cerciorarse de que este profesional es realmente un asesor financiero independiente con resultados de rentabilidad demostrables en su carrera.

Es de sobra conocido en este mundillo del asesoramiento financiero el dicho de que “rentabilidades pasadas no implican rentabilidades futuras”, pero una buena rentabilidad de la cartera tipo que estos profesionales deben mostrar a sus nuevos clientes, siempre es un factor a tener en cuenta. Por ello, no nos debe doler en prenda visitar a varios asesores financieros independientes, comparar y elegir el que mejor convenga a a nuestros intereses.

Transparencia en el asesoramiento financiero: las comisiones

Entre las cualidades que debemos fijarnos, además de la independencia (que no trabaje para una entidad concreta, por ejemplo), figura como elemento indispensable la transparencia. De dónde vienen sus ingresos, si únicamente de sus clientes o recibe comisiones de entidades financieras (fondos de inversión, por ejemplo). Precisamente en Reino Unido, este asunto de las comisiones de terceros ha traído una gran polémica estos años de atrás.

Si el asesor financiero percibe comisiones de uno de estos fondos, debe comunicárselo al cliente ahorrador e, incluso, trasladar en forma de rebaja estos ingresos que percibe a los honorarios que cobra de su cliente. Cuidado, el asesoramiento gratuito de uno de estos profesionales suele esconder cobro de comisiones de los que, precisamente, no son buenos gestores de los ahorros de los inversores.

Otro aspecto a tener en cuenta es la profesionalidad, la experiencia y los conocimientos de la persona a la que vamos a confiar nuestros ahorros. El asesor financiero independiente debe tener un reciclaje continuo de sus conocimientos del mercado financiero, que está inmerso en un permanente  cambio. Cada día salen nuevos productos, más complicados y complejos que los anteriores, o nuevas normas fiscales, cuyo conocimiento es imprescindible para asegurar la rentabilidad de nuestras inversiones.

Es recomendable, y señal de garantía, que nuestro asesor pertenezca a la EFPA. La EFPA es la organización oficial en España de EFA, la asociación europea de profesionales del asesoramiento financiero. Para ser miembro de esta organización no basta con pagar una cuota anual, requiere una puesta al día continua, mediante la superación de exámenes periódicos que certifican que los conocimientos del asesor financiero están al día de las múltiples novedades que surgen en materia financiera y fiscal y es perfectamente capaz de trazar una estrategia de dónde invertir en cada momento y en los productos financieros más idóneos para nuestro perfil inversor.

Esto último, nuestro perfil de inversor, es también importante que sea realizado con celo y conciencia por parte del asesor financiero independiente. Es un requisito imprescindible y obligatorio que exige la CNMV, pero en la mayoría de las ocasiones, se reduce a cumplimentar un formulario preestablecido al que no se le conceden apenas unos cuantos minutos. Muchos de los casos lamentables que hemos conocido en los últimos dos años, como por ejemplo la contratación de las participaciones preferentes, tienen su origen en la ligereza con que se realizaron estos perfiles de riesgo del inversor, a la hora de determinar dónde invertir el ahorro.

Antonio de Miguel
Periodista y blogger financiero
Puedes seguirlo en Twitter en @AntoniodeMiguel

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